Por Jorge Castañares
Junio 2010
De mis recuerdos de niño, no conservo alguna memoria de un pintor tabasqueño, ya que en las casas se mostraban reproducciones de rostros, naturalezas, marinas y paisajes de autores notables o desconocidos. Tal parece, que no existía una producción pictórica en Tabasco.
Con el tiempo, a partir de su regreso de la Ciudad de México, se comenzó a hablar favorablemente de las acuarelas del Dr. Miguel Ángel Gómez Ventura (Tenosique 1917- Villahermosa, 2006), cuya temática se inspira principalmente en el paisaje del campo y la selva tabasqueña, donde existe un minucioso rescate de detalles y registros del color.
Alejandro Ocampo (Villahermosa, 1953), es el mejor continuador de la tradición acuarelística de Gómez Ventura, aunque, con un mayor perfeccionismo. Algunos la han clasificado como realismo mágico, pero para mi gusto tiene mucho del hiperrealismo. Al igual que su antecesor, Ocampo recupera el paisaje tabasqueño, incluyendo flora y fauna, en un trabajo de gran calidad cromática.
Durante mi contacto con los integrantes de la colonia tabasqueña avecindada en la capital, me llegaron referencias de tres importantes artistas plásticos, ya sea través de obra adquirida o de comentarios favorables sobre la misma. Fontanelly Vázquez (Centla, 1952- Villahermosa, 1999), Férido Castillo(Jalapa, 1942-Tamaulipas, 2002) y Héctor Quintana (Frontera, 1934)
Fontanelly, trabajó el dibujo al carbón, en tinta, la litografía, el grabado, la acuarela y el óleo. Fue un hábil dibujante de cuerpos, rostros, objetos, animales y paisajes, los cuales capta con un gran dominio de formas, manejo de la luz y del espacio. Férido Castillo, fue uno de los grabadores locales más notables, además, de que realizó un importante trabajo de formación de nuevos pintores. La mayor parte de su obra está en negro y en blanco, de línea segura y de geometrías contrastantes. Su obra te remite a chozas, veredas, lagunas y pantanos del paisaje tabasqueño. Héctor Quintana, ha desarrollado una larga obra, principalmente, dibujo en tinta sobre cartón, de pequeño y gran formato, aunque ha pintado también al óleo. Su trazo es delicado y su perspectiva justa. La obra que le conozco contiene referencias históricas para los tabasqueños (barcos, edificios, plazas, lugares, personajes y episodios).
A través de una amiga, durante los años ochenta conocí en la Ciudad de México, a Marco Tulio Lamoyi (Jalpa de Méndez, 1957), cuya obra como retratista y paisajista, me impresionó, por su gran calidad como dibujante y su dominio técnico. Comenzaba a experimentar con formas geométricas a manera de “collage” y posteriormente, realizó algunas instalaciones. Desde su refugio veracruzano, continúa a la vanguardia de las corrientes artísticas, como personaje polémico e innovador, según pude constatar en una reciente entrevista a un diario tabasqueño.
De Níger Madrigal (Sánchez Magallanes, 1962) y Edén García (Cárdenas, 1967), me mostró mi amiga Celia García, algunas obras, logrando desde entonces captar mi atención. Son dos pintores con temáticas, estilos y técnicas diferentes. Madrigal, me parece un hábil dibujante, tanto en sus acuarelas como en su pintura. Su paleta de colores es equilibrada, alejándose, muy común en el medio, de la tiranía de los colores. En contraste, Edén García, en su pintura introduce lo figurativo, usando novedosas técnicas e inclinándose por una sobria mezcla cromática. Algunos han llamado a su pintura surrealista.
En una de mis visitas anuales a Villahermosa, recorrí la exposición de otro pintor tabasqueño pero residente en la ciudad de México, José Francisco Herrera (Villahermosa, 1940), incluido recientemente por un conocido política tabasqueño entre los grandes valores locales, lo cual aumenta aún más la calidad de la obra desarrollada por este artista. Su obra al óleo, es principalmente de estilo abstracto donde se combinan líneas, figuras geométricas y superposición de planos.
Por último, dos pintores con temáticas muy distantes. Perla Estrada (Cárdenas) y Fernando Pereznieto (México, 1938-México, 2001) con una fascinación por personajes singulares y fantásticos. La primera, por individuos con ropajes carnavalescos a la moda veneciana; y el segundo, pintor y grabador, por los monjes medievales, de largas túnicas, extraños gorros y algunos acompañados de instrumentos musicales. Cierta afinidad nace, por mis años en Italia, al compartir algunas de las imágenes que recrean ambos artistas.
Junio 2010
De mis recuerdos de niño, no conservo alguna memoria de un pintor tabasqueño, ya que en las casas se mostraban reproducciones de rostros, naturalezas, marinas y paisajes de autores notables o desconocidos. Tal parece, que no existía una producción pictórica en Tabasco.
Con el tiempo, a partir de su regreso de la Ciudad de México, se comenzó a hablar favorablemente de las acuarelas del Dr. Miguel Ángel Gómez Ventura (Tenosique 1917- Villahermosa, 2006), cuya temática se inspira principalmente en el paisaje del campo y la selva tabasqueña, donde existe un minucioso rescate de detalles y registros del color.
Alejandro Ocampo (Villahermosa, 1953), es el mejor continuador de la tradición acuarelística de Gómez Ventura, aunque, con un mayor perfeccionismo. Algunos la han clasificado como realismo mágico, pero para mi gusto tiene mucho del hiperrealismo. Al igual que su antecesor, Ocampo recupera el paisaje tabasqueño, incluyendo flora y fauna, en un trabajo de gran calidad cromática.
Durante mi contacto con los integrantes de la colonia tabasqueña avecindada en la capital, me llegaron referencias de tres importantes artistas plásticos, ya sea través de obra adquirida o de comentarios favorables sobre la misma. Fontanelly Vázquez (Centla, 1952- Villahermosa, 1999), Férido Castillo(Jalapa, 1942-Tamaulipas, 2002) y Héctor Quintana (Frontera, 1934)
Fontanelly, trabajó el dibujo al carbón, en tinta, la litografía, el grabado, la acuarela y el óleo. Fue un hábil dibujante de cuerpos, rostros, objetos, animales y paisajes, los cuales capta con un gran dominio de formas, manejo de la luz y del espacio. Férido Castillo, fue uno de los grabadores locales más notables, además, de que realizó un importante trabajo de formación de nuevos pintores. La mayor parte de su obra está en negro y en blanco, de línea segura y de geometrías contrastantes. Su obra te remite a chozas, veredas, lagunas y pantanos del paisaje tabasqueño. Héctor Quintana, ha desarrollado una larga obra, principalmente, dibujo en tinta sobre cartón, de pequeño y gran formato, aunque ha pintado también al óleo. Su trazo es delicado y su perspectiva justa. La obra que le conozco contiene referencias históricas para los tabasqueños (barcos, edificios, plazas, lugares, personajes y episodios).
A través de una amiga, durante los años ochenta conocí en la Ciudad de México, a Marco Tulio Lamoyi (Jalpa de Méndez, 1957), cuya obra como retratista y paisajista, me impresionó, por su gran calidad como dibujante y su dominio técnico. Comenzaba a experimentar con formas geométricas a manera de “collage” y posteriormente, realizó algunas instalaciones. Desde su refugio veracruzano, continúa a la vanguardia de las corrientes artísticas, como personaje polémico e innovador, según pude constatar en una reciente entrevista a un diario tabasqueño.
De Níger Madrigal (Sánchez Magallanes, 1962) y Edén García (Cárdenas, 1967), me mostró mi amiga Celia García, algunas obras, logrando desde entonces captar mi atención. Son dos pintores con temáticas, estilos y técnicas diferentes. Madrigal, me parece un hábil dibujante, tanto en sus acuarelas como en su pintura. Su paleta de colores es equilibrada, alejándose, muy común en el medio, de la tiranía de los colores. En contraste, Edén García, en su pintura introduce lo figurativo, usando novedosas técnicas e inclinándose por una sobria mezcla cromática. Algunos han llamado a su pintura surrealista.
En una de mis visitas anuales a Villahermosa, recorrí la exposición de otro pintor tabasqueño pero residente en la ciudad de México, José Francisco Herrera (Villahermosa, 1940), incluido recientemente por un conocido política tabasqueño entre los grandes valores locales, lo cual aumenta aún más la calidad de la obra desarrollada por este artista. Su obra al óleo, es principalmente de estilo abstracto donde se combinan líneas, figuras geométricas y superposición de planos.
Por último, dos pintores con temáticas muy distantes. Perla Estrada (Cárdenas) y Fernando Pereznieto (México, 1938-México, 2001) con una fascinación por personajes singulares y fantásticos. La primera, por individuos con ropajes carnavalescos a la moda veneciana; y el segundo, pintor y grabador, por los monjes medievales, de largas túnicas, extraños gorros y algunos acompañados de instrumentos musicales. Cierta afinidad nace, por mis años en Italia, al compartir algunas de las imágenes que recrean ambos artistas.
Tengo obras de arte de fontanelly vazquez, me voy del estado las estoy vendiendo contactame serafin.vazquez@live.com.mx
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