Ciudad de México, enero 2019
El naufragio de las civilizaciones[1]
Amin
Maalouf, es novelista, ensayista y periodista, nació en Líbano, vivió en Egipto
y emigró a Francia, donde adquirió la nacionalidad.
El
autor rememora el mundo donde nació, lo que antaño se llamaba Levante; parte de
su infancia transcurrió en Heliópolis y más adelante vivió nuevamente en Líbano
hasta su salida por violencia que se extendió en el país durante varios años.
El
Levante es para el autor un mundo que ya desapareció y teme que el actual tenga
el mismo destino.
El
autor inicia su relato con la bonanza material y cultural que vivió Egipto a
finales de la Segunda Guerra, el ascenso de Nasser como el dirigente más
popular del mundo árabe, cuya política nacionalista hizo que muchos extranjeros
incluyendo a su familia dejaran Egipto, aunque el personaje despertará en su
momento grandes esperanzas en el mundo árabe.
En
lo interno su política fue adversa, ya que censuró a la prensa, vigiló a la
población, tuvo una mala gestión económica y su demagogia fue dañina para la
estabilidad no sólo de su país sino del mundo árabe.
A
partir de la sociedad que conoció en Líbano se declara contrario a cualquier
propósito de homogenizar culturas; está a favor de sociedades abiertas, donde
haya pluralidad religiosa, étnica y abierta al contacto del resto del mundo.
En
los sesenta el autor menciona que Líbano había sustituido ya a Egipto como el
centro cultural del Oriente Árabe, situación que terminaría con el surgimiento
de las rivalidades políticas entre las varias comunidades que se repartían el
poder en el país. Sin embargo, estas diferencias serían fomentadas por los conflictos
de los estados vecinos, primero con la llamada República Árabe Unida (Egipto y
Siria) luego con el conflicto árabe israelí. Estas presiones hicieron que el
país retrocediera de manera dramática.
El
autor hace una crítica severa al sistema de cupos políticos que constituyó la
base de la repartición del poder entre las comunidades que integraban la
sociedad libanesa. Se trataba de un sistema donde cada una de ellas buscaba
beneficios y se olvidaba lo que le convenía al país en su conjunto. Esto paralizó
al país.
El
autor también señala que las grandes ideologías tuvieron un papel importante en
la región, citando por ejemplo que el marxismo de algunas organizaciones
políticas árabes hizo que las orientaciones religiosas y las ofensivas contra
las minorías pasaran a un segundo plano; algunos de los dirigentes de estas
agrupaciones eran miembros destacados de minorías que luego serían perseguidas.
Esto, advierte el autor, sin dejar de lado que los resultados de los gobiernos
de estos grupos al final hayan sido desastrosos.
En
el recuento del autor hay acontecimientos que busca resaltar en su explicación
de la realidad que enfrenta actualmente al mundo árabe, entre ellos sobresale
la guerra árabe israelí de 1967 con su impacto sobre la estima de los dirigentes
árabes incluyendo el del gran dirigente de entonces Nasser, que a partir de
este suceso perdería gran brillo en el mundo. El gran beneficiario de dicha
derrota sería a la larga el islamismo político. El intento de corregir dicho
fracaso en 1973 sólo agravaría la herida.
Esta
situación repercutiría negativamente en Líbano cuando el movimiento palestino
buscó una base desde donde llevar a cabo su lucha contra Israel, optando por
este país en vez de Jordania, donde el monarca se opuso a otorgarles las libertades
que buscaban. Esto se pudo hacer con la anuencia cómplice de las autoridades,
no porque aprobaran la lucha sino no podían impedirlo. Sin embargo, Líbano a
pesar de la guerra en sus fronteras tuvo un renacimiento intelectual y cultural
a causa de que fue el paso de muchos testigos que daban cuenta del conflicto.
Por desgracia, Siria a partir de las dificultades buscaría ejercer una especie
de tutelaje sobre Líbano, que causó también fuertes tensiones internas.
En
el desarrollo de los acontecimientos posteriores el autor va a señalar una
serie de incidentes que van desde la crisis del petróleo en 1974 hasta los que
sucedieron en 1979: dos movimientos conservadores que serían luego calificados
de revolucionarios. La llegada al poder del ayatola Jomeini en Irán y la de
Margaret Thatcher en el Reino Unido. Además, hay dos acontecimientos que tienen
repercusiones en el mundo: el ascenso de Deng Xiaping en China y la llegada al
papado de Juan Pablo II. Finalmente, se tiene la invasión soviética de
Afganistán, que duró diez años, causando una profunda desmoralización en el
pueblo ruso y en última instancia, la explosión del imperio soviético.
A
partir de estos incidentes el autor relata una serie de cambios en el mundo
árabe en Irán, Pakistán, Afganistán y Arabia Saudita, lo que llevó al
surgimiento de una nueva realidad y a la construcción de alianzas en la región
por ejemplo Irán con los palestinos, Siria y Yemen o la postura de Arabia
Saudita de convertirse, gracias a los amplios recursos del petróleo, en un
nuevo poder de influencia regional.
A
los cambios visibles que se han anotado se sucedieron otros menos visibles que
desembocarían en los movimientos extremistas como Hezbollah en Líbano, Hamas y
la yihad islámica en Gaza y finalmente en el llamado Estado Islámico.
A
esta situación el autor va añadir nuevos fenómenos globales como el crecimiento
de las disparidades, la creciente pérdida de los factores de unión al interior
de los países, el aumento de la tensión racial, la exasperación de los
sentimientos identitarios (se amplían las diferencias entre nosotros y los
demás).
Algunos
factores que apuntan a efectos disgregadores en nuestras sociedades: la
partición (desmembramiento) de territorios, las mayorías intolerantes y las
naciones que quieren construirse sobre la base de identidades étnicas,
religiosas o raciales.
El
autor considera que, a pesar de los avances en la integración de Europa, ello
no se está haciendo como demandan los tiempos actuales, ya que Europa tiene más
elementos positivos con respecto a Estados Unidos para convertirse en
referencia y ello sólo abonará a que se extienda el sentimiento de naufragio
que contagia a muchos analistas de la escena internacional.
En
el autor parecen coincidir varias preocupaciones que parten de lo que para él
fueron las causas que se conjugaron en los países donde vivió por largo tiempo
que llevaron a su retroceso y que estima que ahora se están presentando a nivel
mundial con nuevas amenazas que pueden detener la marcha de nuestra
civilización, ya sea en Occidente como en Oriente.
Interesante!. Algo que aprender de ese mundo oculto, a propósito o no, que es el medio oriente, lo leeremos con interés.
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