jueves, 1 de agosto de 2019

Leonardo Padura: su aportación a la novela de intriga


Ciudad de México, agosto de 2019




Leonardo Padura: su aportación a la novela de intriga[1]


La novela del afamado autor cubano, nacido en 1955, está ambientada en La Habana Cuba de los años cincuenta, en sus viejos barrios, en sus cabarets de leyenda y toma el nombre de un famoso bolero (“Vete de mí, Seré en tu vida lo mejor de la neblina del ayer…”). Su novela El hombre que amaba los perros publicada en 2009, fue un gran éxito de librería.

El personaje principal de la novela es el famoso detective inventado por él Mario Conde, expolicía, de carácter obsesivo-compulsivo, del cual el autor expresa con sentido del humor que piensa más de la cuenta. El famoso detective, nos revela el escritor, ya muestra en su figura la huella del paso de los años (“Conde siente el paso del tiempo por sus órganos sujetos a los excesos de la comida y el ron..”). Están varios personajes que incluyen su novia Tamara, sus numerosos amigos y su perro Basura.

El tema de la novela gira en torno a la compra de una biblioteca con libros cubanos raros en una mansión del barrio de Varadero, que fue propiedad del acaudalado empresario Alcides Monte de Oca, donde Conde va a descubrir que una famosa bolerista de los años cincuenta llamada Violeta del Río, amante del mencionado personaje, que se creía se había suicidado fue realmente asesinada.

La novela tiene varios elementos que caracterizan al escritor cubano. Un gran sentido del humor, que le permite reírse a costa de sus penas algunas propias, otras infringidas por el régimen (“La vida nos estaba pasando por los lados y para protegernos nos pusieron orejeras como a los mulos de carga”); un gran homenaje a la música cubana, a sus compositores e intérpretes del cual el autor parece ser un gran admirador ( el “bolero es del Caribe, por eso nació en Cuba se aclimató en México, en Puerto Rico, en Colombia..”); la presencia del destino que determina muchos de los actos humanos (“Violeta del Río aquella muchacha que estuvo a punto de saltar por encima del destino que llevaba escrito en la frente”); y del presentimiento (“el escozor de la tetilla izquierda es un signo que le señala algo que está escondido..”) son algunas muestras que contiene el texto, etcétera.

La crisis del país, cuando menos durante ese periodo salta en muchas  partes de la novela: racionamiento, mercado negro (“negociar para sobrevivir como tantos otros lo hicieron con sus recuerdos y hasta su dignidad”). Además, la crisis hace que mucho de los personajes combinen varias profesiones: Conde, ex policía se mete a vender libros, Yoyi, su amigo ingeniero se mete a comerciante de todo y así en el caso de los demás personajes.

La novela tiene elementos que la hacen caer dentro de la categoría de “novela negra”, de la que al autor es gran admirador (Dashiell Hammett, Raymond Chandler, Vázquez Montalbán), aunque no es una obra clásica; su lenguaje es suelto, divertido y punzante (“ la vejez exagerada puede ser el peor de los castigos deparados al hombre”); los personajes vivos y muertos son descritos de manera convincente; hay en el libro un gran homenaje a la cultura cubana; las críticas a la situación del país son hechas con un gran sentido del humor (“café, no hay café con leche en toda La Habana”); se nota la gran admiración del escritor por su ciudad a través de la descripción que hace de su vida diurna y nocturna; y en general podemos afirmar que es una obra que nos revela un gran sentido de amistad, honestidad y amor por la vida.


[1] Leonardo Padura, La neblina del ayer, publicada en 2005


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