lunes, 27 de mayo de 2019

En las redes de Orhan Pamuk


         Ciudad de México, mayo de 2019



En las redes de Orhan Pamuk.[1]




El trasfondo del nuevo libro del famoso novelista turco Orhan Pamuk (1952), ganador del Premio Nobel 2003, es la tragedia de Edipo Rey, el hijo que mata al padre y se acuesta con la madre y la gran epopeya Shahmaneh del poeta persa Ferdousí, en la cual el padre mata al hijo que no conoce (parricidio y filicidio). El escritor puentea de esta manera entre la literatura de Occidente y de Oriente.

La versión moderna que nos presenta Pamuk, trata sobre el aprendiz de pocero (que construye pozos de agua) Cem Celik, su maestro Mahmut Usta, la relación pasajera con una mujer que será conocida como la de pelo rojo (Gulciham Hanin) y el hijo de ambos Enver, de cuya existencia se entera 30 años después de su nacimiento. Celik que en principio quería ser escritor, termina por ser ingeniero geólogo y se hace un hombre rico con la especulación inmobiliaria que estalla en Estambul durante esos años.

El fondo de esta nueva novela de Pamuk está permeado por la ausencia del padre del protagonista Cem Celik (militante político de izquierda y con varias relaciones amorosas), la búsqueda de un sustituto en la figura del pocero Mahmut Usta, su breve reencuentro con el padre que le trae viejas sensaciones y la difícil relación entre Cem Celik y el hijo Enver, que termina en un fatal incidente.

El principal escenario, como en la mayor parte de las novelas de Pamuk, es su amada ciudad de Estambul, con sus barrios como Besiktas y Cagaloglu, sus pueblos y paisajes de alrededores que el crecimiento de la ciudad va absorbiendo gradualmente (Gebze, Ongoren), sustituyéndolos con fábricas, almacenes, edificios de departamentos, negocios comerciales y baldíos, todo lo cual deviene una gran mancha urbana donde viven millones de habitantes.

Los personajes de la novela se enmarcan en la tradición de Pamuk, quien se concentra en recuperar personajes tradicionales del viejo Estambul como el ilustrador de libros otomanos en Me llamo Rojo (2009), el vendedor de boza (bebida tradicional turca) de su novela Una sensación extraña (2015) y el constructor de pozos de esta nueva, cuyas labores son sustituidas por otras con el cambio de gustos y los nuevos instrumentos técnicos que trae la modernidad.

Los temas que Pamuk aborda en su novela son varios pero en esta regresa a algunos que han sido ya tratados en anteriores. La especulación inmobiliaria alimentada por la corrupción, la compra amañada del suelo a propietarios ignorantes y el surgimiento de las nuevas fortunas ligadas a la construcción desenfrenada. El rápido cambio de costumbres, la migración del campo a la ciudad, el abandono de la práctica religiosa y el creciente dominio de la cultura occidental. El clima político está presenta a través de breves referencias al golpe militar de 1980, las persecuciones contra disidentes, que termina en cárceles y torturas, la herencia de Kemal Ataturk, el fundador de la república laica turca y la discriminación a las minorías kurdas. La tensión entre la sociedad tradicional turca (nacionalista, religiosa, con viejos valores) y la moderna que está fascinada con el Occidente (cine, alimentos, vestimenta, arquitectura, estilo de vida, educación, etcétera).

Las recurrentes obsesiones de Pamuk, de cuya dimensión conocemos con mayor detalla en su novela El Museo de la Inocencia (2009) se manifiestan también en varias partes de la novela. La súbita pasión que siente por la mujer de pelo rojo, que va a marcar el resto de sus días, una artista de teatro ambulante, que persigue por todo el pueblo; la huía (culpa o aturdimiento) después del accidente en el pozo que sufre su admirado maestro Usta, que lo perseguirá toda su vida; la búsqueda obsesiva por todo el mundo de alguna pintura que represente la tragedia de Edipo y de libros antiguos que recojan el poema persa Shahmaneh escrito por Ferdousí y el regreso, postergado una y otra vez al pueblo ahora suburbio de Estambul, donde le sucedieron los hechos que impactaron a su vida.

En la novela encontramos también presente su propia vida, en particular el autor retoma el tema de la relación del padre y el hijo, la cual en su caso conocemos se resintió de las largas ausencia del padre de casa por sus prolongados viajes y las sospechas de infidelidad que rodeaban la relación con la madre, temas que toca en su autobiografía Estambul, ciudad y recuerdos (2006) incluyendo sus pasatiempos como las frecuentes visitas a las librerías, a las salas de cine, a los cafés y a los teatros callejeros.

En la parte final, a manera de epílogo, la mujer de pelo rojo hace un recuento de varios hechos: de sus relaciones con sus parejas incluyendo el padre de Celik, aclara cómo se salvó Mahmut Usta de morir en el pozo y su vida posterior, de la relación con su hijo Enver, nos entera de la muerte de Celik como una defensa del hijo ante la agresión del padre, de cómo la vida real se ha entrecruzado con la leyenda y de sus visitas a la cárcel donde tiene la esperanza que el libro que está escribiendo el hijo pueda explicar realmente a los jueces lo que ha sucedido.

Esta última parte del relato de la mujer de pelo rojo nos va dejar con varias sensaciones, en algunos momentos nos suena sincero, en otros ingenuo, en otros grotesco y en otros burlón como si el autor se estuviera divirtiendo más que tomando las cosas en serio (se defendió pero le dio un balazo en el ojo y lo arrojó al pozo, es un buen chico pero terminará siendo un delincuente como los que conviven ahora con él).

Esta nueva novela es fiel a las temáticas de Orhan Pamuk en cuanto a su manejo de leyendas, su simpatía por los personajes, los ambientes que se deterioran por el crecimiento urbano, las relaciones de cercanía y distanciamiento entre las personas, las obsesiones recurrentes y el regreso a las vivencias de su propia vida.


[1] Orhan  Pamuk, La mujer de pelo rojo, Randon House, 2016.


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