jueves, 18 de abril de 2019

La guerra de las mujeres


Ciudad de México, abril 2019


La guerra de las mujeres: el conmovedor relato de la periodista Svetlana Alexievich [1]



El libro de la Premio Nobel de Literatura 2015, Svetlana Alexievich (Ucrania, 1958), el cual fue escrito originalmente entre 1978 y 1985 y reescrito en 2002 y cuya actividad principal ha sido el periodismo, está elaborado a partir de una serie de entrevistas realizadas a mujeres que estuvieron en el frente durante la Segunda Guerra Mundial (se ocupa únicamente de la guerra entre rusos y alemanes), muchos años después de que sucedió y cuando estas eran ya personas mayores a los cincuenta años.

En el libro, que fue censurado en partes y del que eliminó otras de la versión original, retrata a 500 mujeres que fueron partisanas, enfermeras, soldados de infantería, artilleras, aviadoras, francotiradoras, cocineras, lavadoras, cirujanas, zapadoras, telefonistas, etcétera. Estas tenían en el momento de los hechos entre 16 y 20 años de edad y estuvieron en diferentes puntos de las líneas de batalla durante el periodo de 1941 a 1945.

El lenguaje de las entrevistas, basada en los recuerdos de la memoria, es de personas con una instrucción media y por ello son escasas las referencias al ámbito de la cultura de su país, además que la guerra las impactó radicalmente.

La autora está en busca de la versión femenina de la guerra, pero no de la oficial sino de las personas comunes y corrientes que participaron en la misma: “La historia a través de las voces de testigos humildes y de participantes sencillos, anónimos.”  o también como afirma con cierta sensibilidad “No escribo la historia de la guerra, sino la historia de los sentimientos.”

El relato, en algún sentido, busca oponerse a la versión oficial de la guerra y sobre todo a la circuló después de la victoria, que la autora llama La Historia de la Victoria, que los líderes soviéticos de entonces en particular José Stalin quisieron que fuera la única versión que se conociera.

La estructura del libro se desarrolla a través de 17 apartados, cada uno de ellos va abordar temáticas diferentes que nos van a brindar el desempeño crucial de las mujeres en estos años de terrible conflicto.

Las mujeres en el relato van a tener una idea de alguna manera recurrente: la guerra es ante todo un asesinato y además un duro trabajo. Esto va en contra de la versión oficial de que la guerra fue una lucha por la patria y la conservación del régimen soviético, lo que en ningún momento se menciona en las entrevistas.

La autora va a recoger también en su crónica las transformaciones que registran muchas mujeres después de la guerra: ausencia de miedo frente a la muerte, incapacidad de poder exprimir una sonrisa, el rechazo a algunos olores y los sentimientos encontrados (“No se puede tener dos corazones: uno para el amor y otro para el odio”, le decían).

En este caso, resalta que la autora señale que el sentimiento hacia los alemanes, no haya sido siempre de odio, sino que hubo muchos casos de ayuda, ya sea para curar a los heridos, darles de comer, de acompañarlos en el momento de morir, etcétera.

En las entrevistas se revela también la dureza de la guerra en el lado soviético, lo que recoge la autora al señalar que los combatientes rusos sufrían de: falta de alimentos, falta de ropa y calzado apropiado, falta de medicinas, falta de equipo médico y alojamiento apropiado, entre otros en radical contraste con los alemanes.

En este sentido, es claro que la URSS no estaba preparada para tener una guerra, por ello tantos muertos, tantas derrotas y el rápido avance que registró el ejército alemán al principio, aunque el clima y el número de los combatientes soviéticos serán determinantes en frenarlos con el paso del tiempo.

La obra es original en cuanto recoge las experiencias vividas por mujeres durante la guerra y muestra la gran habilidad de la autora, ya que la misma va a reescribir las historias que le cuentan, de elaborar un texto que resulte ágil y comprensible para los lectores.

El propósito del libro es también mostrar que el esfuerzo de las mujeres no había sido plenamente valorado: “… durante la guerra fueron admiradas por los hombres…después de la guerra se les impidió hablar, los hombres no se comportaron igual que en el campo de batalla…”.y más aún: “Los hombres nos dejaron con la espalda descubierta. No nos protegieron. En el frente era diferente.” La autora comenta que las mismas mujeres las juzgaban mal incluso algunas las calificaron de prostitutas.

En este relato tenemos una desgarradora crónica desde la visión de las mujeres de lo que la guerra significó para el pueblo ruso y cuyas profundas heridas sólo con el pasar del tiempo se han podido sanar.


[1] Svetlana Alexievich, La guerra tiene rostro de mujer, Editorial Debate 2015

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