Ciudad de México, abril 2019
El mundo violento de J.M. Coetzee[1]
El
premio Nobel de Literatura 2003, J.M. Coetzee, nacido en Sudáfrica en Ciudad
del Cabo, publicó en 1999 esta obra que le valió el prestigiado premio Booker
Prize, el máximo galardón de las letras inglesas.
El
principal personaje, el profesor David
Lurie de la Universidad Técnica de Ciudad del Cabo, dos veces divorciado, nos
confiesa que ser enseñante no es una vocación que lo entusiasme, es tan sólo un
medio para ganársela la vida, no tiene comentarios muy positivos de sus alumnos
y tampoco de sus colegas. Su único
interés es escribir una pieza musical donde los protagonistas son el poeta
romántico inglés Byron y su amante una aristócrata italiana.
La
vida sexual del profesor incluye encuentros rutinarios con mujeres que contacta
a través de una agencia, sin embargo, va a tener un cambio radical cuando
conoce a una joven alumna Melanie Isaacs, una conquista en su larga lista pero
que en este caso le resulta con consecuencias lamentables para su vida
profesional.
La
joven, quizás bajo presión del novio y de los padres, lo denuncia por acoso
sexual, las autoridades de la institución educativa donde trabaja le ofrecen
una salida que él se niega aceptar por honestidad y principios y en
consecuencia es despedido en medio del rechazo de sus colegas y de una feroz
campaña mediática negativa.
El
profesor se traslada al medio rural de su país, donde reside su única hija
Lucy, a la cual hace mucho que no visita, quien después de vivir en una especie
de comuna hippie administra una granja donde cultiva flores, hortalizas y
patatas, productos que vende en la localidad más cercana. Además, tiene una
perrera donde guarda por temporadas los animales de sus vecinos.
El
profesor reinicia de esta manera una relación, que aunque no parece que haya
sido muy estrecha dado que Lucy pasó parte de su niñez en Holanda con su madre,
no les impide una convivencia temporal amigable. Trata de ayudarla en el
negocio, pero también se involucra gradualmente en la veterinaria de una amiga
de Lucy con la que también inicia una relación sexual sorpresiva dado el
inicial rechazo físico, cuya principal actividad es el exterminio de perros
enfermos o que sus dueños no tienen como sostenerlos.
La
vida de ambos, sin embargo, va ser alterada por la agresión de varios sujetos,
donde la hija es violada y él mismo está a punto de morir quemado. La relación
entre ambos comienza a deteriorarse principalmente porque Lucy, aunque es
lesbiana y sufre una marcada alteración a consecuencia de ello, procesa la
actitud de los violadores como un hecho que revindica el despojo que los
habitantes de Sudáfrica han sufrido a manos de la odiada minoría blanca.
En
contraste, el profesor Lurie se niega a aceptar esta interpretación, considera
que los violadores deben ser castigados por sus actos, situación que se agrava
cuando se entera que Lucy ha quedado embarazada y que está decidida a tener a
la criatura. El rompimiento se produce, hace que el profesor Lurie abandone la
granja, se mude al pueblo donde vive en condiciones lamentables y tome cada vez
más en serio su trabajo en exterminar perros, el cual se convierte en una
solitaria actividad y la sola justificación de su existencia.
El
relato de Coetzee es desolador en cuanto al retrato que hace del personaje del
profesor Lurie que cae paulatinamente en una vida que toma lo que se tiene a la
mano para sobrevivir, para Lucy en cambio el embarazo, aunque producto de una
brutal violación parece prometer finalmente una definitiva vinculación con la
tierra y con la gente que vive en ella, con quienes busca identificarse de
manera definitiva.
En
la descripción de Coetzee hay referencias a un medio rural donde está presenta
la pobreza de los pobladores de Sudáfrica, los odios raciales entre la
población negra y blanca y la larga lucha por la tierra, donde los negros
buscan recuperar las tierras que los blancos les han quitado a través de los
medios que tienen a su alcance. Está lucha parece que todavía está presente
según un reciente artículo en el NYT sobre las invasiones de predios en las
zonas de los ricos viñedos de Sudáfrica.
En el
relato de Coetzee, hay una descripción de la construcción de realidades
frágiles como entramados que nos detienen temporalmente, de una rápida caída de
los seres humanos en situaciones degradantes e irrenunciables, la enumeración
de justificaciones cuestionables para sobrevivir en medio de ambientes hostiles
y la difícil coexistencia en sociedades con profundas desigualdades en los
niveles de vida como la de Sudáfrica
En
Coetzee, tenemos desolación, violencia, denigraciones y un mundo de
experiencias vívidamente relatadas que no pueden parecer propias de un mundo
lejano, pero que pienso que pueden estar también muy cerca de nosotros.
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