martes, 1 de enero de 2019

Visita al Centro Histórico


Enero de 2019

Visita al Centro Histórico

Un recorrido por el Centro Histórico al cierre del año, ya en la era de la cuarta transformación, llama la atención por registrar males que se están agravando y que espero que los flamantes funcionarios atiendan con prontitud.

Estamos de nuevo ante un ambulantaje salvaje y depredador que invade plazas, calles, callejones, parques y jardines, las mafias que los controlan están vivitas y coleando. En la Alameda, espacio bajo una protección especial se tienen montadas carpas donde se vende comida y mercancías, abunda la venta de piso en 16 de septiembre, Dolores (el no hace  mucho remodelado Barro Chino), Corregidora y en los portales del edificio de la jefatura de gobierno un grupo de indígenas, bajo el control de algún delincuente, tiene montado desde hace varias semanas una ruidosa protesta en reclamo  de, por supuesto, más espacios de venta de sus mercancías o chinerías (por su origen Chino), mal llamadas artesanías.

En la otrora tranquila calle de Regina, han surgido innumerables cervecerías, de tal manera que dicho espacio se ha convertido en una gran cantina al aire libre, indudablemente un gran negocio para las autoridades que expiden los permisos, pero que  ha dado lugar a cambios visuales ajenos a las vetustas edificaciones,  a la proliferación incesante del ruido a partir de cierta hora y a una recurrente invitación a alcoholizarse a población de todas las edades.

Los servicios de limpieza, tanto los de a pie como vehicular, se muestran rebasados en la mayor parte del perímetro, la basura se acumula en los botes, en las aceras, en las coladeras y en  los accesos de los edificios, se corre el peligro de pronto rebasar a otras grandes ciudades como Roma que están registrando una invasión sin precedente de basura en sus espacios públicos. Esto es un problema que atañe a las autoridades y a la ciudadanía.

En lo que ahora se llama Zócalo (otrora orgullosa Plaza de la Constitución) a cada nueva autoridad se le viene en gana un uso diferente, esta vez ya no fue pista de hielo ya que se decidió que se trasladara al Monumento a la Revolución, pero ya se pueden observar unas carpas arabescas donde pronto se expondrán, que creen ustedes, artesanías y comida de Oaxaca. Este espacio tiene una importancia histórica que debería llevar a nuestras autoridades a seleccionar cuidadosamente que eventos se deberían llevar a cabo, lo cual no parece que les preocupe mucho a los ignorantes que toman las decisiones.

La austeridad, por desgracia, se ha hecho manifiesta también en el alumbrado navideño que llevaba antaño tanto a locales como a visitantes a darse una vuelta por nuestra histórica plaza, en vez de ellos ahora cuelgan unos maltrechos pendones con el nuevo logotipo del Gobierno Federal, que probablemente esperaran que se caigan en pedazos para retirarlos.

Finalmente, un punto positivo que vale la pena comentar es que las vallas del extinto EMP que impedían el tránsito y mandaban al peatón  al arroyo, sobre la acera del Palacio Nacional se retiraron, aunque persiste el estacionamiento de vehículos de personajes en las inmediaciones. Esto será difícil de cambiar, ya que las clases altas mexicanas desde los tiempos de la Colonia han considerado que el caminar es algo que hace sólo la plebe.


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