viernes, 5 de octubre de 2018

USMAC: hágase la voluntad del presidente Trump


      Ciudad de México, octubre 2018



       USMAC: hágase la voluntad del presidente Trump



La voluntad del irascible presidente Trump de cambiar el tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (llamado en inglés NAFTA) por otro, tema recurrente de su campaña cuando lo señaló como el peor tratado firmado por Estados Unidos y la amenaza de salirse de manera unilateral, llevó a los otros socios a la mesa de negociación para buscar no los mejores términos o “modernizarlo” como eufemísticamente algunos líderes políticos afirmaron con la intención de verse prudentes sino para  defender lo que se había logrado y salvar lo que se podía salvar. La demagogia del presidente apuntaba a atacar un tratado que, según sus palabras, significó pérdidas para el empleo, una menor inversión y un gran déficit comercial con sus socios. 

A lo largo de los últimos meses, los negociadores tanto mexicanos como canadienses, primero de manera conjunta y luego en lo individual lograron frenar algunas propuestas de los estadounidenses que estaban dirigidas a sacar el mayor provecho de la revisión en curso. Los mexicanos cedieron más rápido, pero los canadienses dieron más batalla.

En el caso de México, el interés central era el sector automotriz, donde los estadounidenses y también los canadienses consideraban que se había perdido empleos e inversión debido al bajo costo de la mano de obra mexicana combinado con el tratamiento arancelario preferencial otorgado por el tratado.

Los cambios en las reglas de contenido, mayor contenido regional, de algunos materiales, de algunas partes del vehículo y contenido específico laboral para zonas de alto salario, están dirigidas a frenar la ventaja de México. La propaganda oficial no lo reconoce, pero estos cambios van afectar la producción y el comercio desde México, lo que va significa menor empleo e inversión (40% del contenido laboral tendrá que venir de zonas de alto salario lo que se deberá restar a la producción de nuestro país). Además, de que el papeleo y la burocracia asociada se incrementará sustancialmente para acreditar el contenido de los autos. Sin embargo, el presidente Trump se entusiasma demasiado cuando espera que la pérdida de México se traslade a Estados Unidos: la creación de empleos está cada vez más limitada por la robotización de la producción, lo que ya está sucediendo a escala global. El único cambio podría materializarse si pasa de la amenaza a los hechos en cuanto al aumento de los aranceles a los automóviles (del 2.5% para los producidos fuera de área de Norteamérica  al 25% que es su propuesta actual).

En los casos tanto de México como Canadá, aunque los montos difieren, se establecieron cantidades específicos a las ventas de autos y de sus partes, que quedarían libres de los aranceles punitivos que pretendan establecer los estadounidenses en el futuro bajo el argumento que más le convenga y que será ahora el techo a cualquier expansión de la producción interna.

En mérito a los negociadores mexicanos se menciona que se logró frenar la propuesta estadounidense en  cuanto a la estacionalidad de algunas exportaciones competitivas de hortalizas y frutas aunque  parece que en el caso de la industria textil no corrieron con la misma suerte, ya que se limitará la compra de insumos provenientes de países fuera de la región.[1]

En el caso de la llamada cláusula de expiración, donde se nota claramente que los Estados Unidos van a tomarse tiempo para volver a ratificar el acuerdo, Canadá y México lograron que el periodo de vigencia del acuerdo se prolongue hasta 16 años, aunque se reunirán cada 6 años para revisarlo y de ello dependerá una extensión mayor. Esto, la propaganda oficial, tampoco lo reconoce introduce incertidumbre en los inversionistas como han ya reconocido expertos en comercio e inversión de los tres países.

En el caso de Canadá, cuya resistencia cedió hasta el último momento, en medio de insultos al premier Trudeau, a su principal negociadora la canciller Freeland y la siempre amenaza ahora esgrimida bajo el falaz argumento de la “seguridad nacional” de gravar a los autos con los aranceles antes señalados.

En el marco de la negociación bilateral Estados Unidos pugnaba por  abrir el mercado de productos lácteos  donde Canadá tiene un sistema de apoyos a la producción (se llama manejo de oferta administrada) aunque algo similar tienen también los estadounidenses, donde se logró un acceso de 3.6% al mercado total de dichos productos, para el caso de algunos productos (queso, leche. yogur y otros) se negoció un acceso gradual libre de arancel durante los próximos cinco años y se eliminó el sistema de precios de algunos tipos de leche. Trudeau ha prometido apoyo a los productores que serán afectados por la medida.[2]

El otro tema polémico se presentó en relación al mecanismo de solución de controversias donde la parte estadounidense buscaba eliminarlo pero los canadienses dieron la batalla por mantenerlo conservando los paneles binacionales para resolver disputas sobre el contenido del acuerdo (el reclamante deberá usar con exclusión uno de los foros previstos durante todo el procedimiento no hay opción de cambiar dice ahora el nuevo texto). Sin embargo, en materia de antidumping y medidas compensatorias el texto largo, confuso  y que será de difícil aplicación hace referencia a una autoridad investigadora y sólo a la revisión de la determinación final por parte de un panel que la podrá confirmar o bien regresarla para adecuarla a las recomendaciones del panel. Tal parece que el establecimiento del panel no sería en todos los casos, ya que solo procedería cuando hay inconformidad. No hay cambios en cuanto al derecho a retener las leyes internas en la materia y de poder contar con un proceso de revisión cuando haya cambios que se consideren afecten los derechos de los otros países. Además, cabe señalar que se eliminó el sistema que facilitaba a un inversionista demandar al gobierno de otro país por recibir un trato injusto que contenía el viejo texto en el capítulo de inversiones.

Adicionalmente, en el ámbito del interés canadiense estaba la protección de su industria cultural donde se logró mantener el trato preferencial y los derechos de propiedad intelectual, los cuales se extienden por la entera vida del autor más 70 años, aunque los canadienses querían una extensión menor.

En el caso de Canadá, no sabemos si es extensivo a México aunque debería serlo dado el carácter tripartito del acuerdo, está el tema de la protección de datos de las drogas farmacéuticas llamadas biológicas, la cual se extiende ahora hasta 10 años, dos años más a lo que se tiene actualmente y en donde se ha señalado en Canadá que ello puede significar que las versiones genéricas más baratas de dichos productos no serán disponibles como antes y los precios pueden ser más altos en promedio.

Finalmente, en el llamado comercio electrónico el tema de discusión giró en términos de los llamados mínimos que pueden ser exentos de aranceles e impuestos de venta locales cuando se compren en uno u otro de los países firmantes, montos que difiere en los casos de México (los aranceles se aplican por arriba de100 dólares) y de Canadá (lo aranceles se aplican por arriba de150 dólares y los de venta por arriba de 40 dólares).En el caso canadiense los productos transportados por el Servicio Postal de dicho país quedan fuera de esta normativa.

La voluntad última del belicoso presidente se manifestó en la introducción de una cláusula específica dirigida sin duda a China de prohibir a los firmantes un tratado comercial so pena de sacarlos del acuerdo (mano probablemente del asesor económico Peter Navarro que tiene a los chinos en la mira) y en el hecho de cambiar el nombre del tratado por USMCA. En México se dice que la soberanía está por encima de esta "declaración".

La euforia de la propaganda oficial en México, sólo superada por la del mismo presidente Trump, describe la conclusión de la negociación como la promesa de una nueva bonanza para el país en términos de empleos, inversión, comercio y crecimiento económico, esperemos vivirla para celebrarla.

En contraste, la propaganda del gobierno de Canadá  fue más escueta haciendo énfasis  en la creación de mejores empleos, el reforzamiento de los lazos comerciales, en la expansión del comercio en la región de Norteamérica y en haber defendido los intereses de Canadá. 

En general, los principales diarios de Estados Unidos y Canadá han sido bastantes reservados en sus comentarios sobre la conclusión de las negociaciones entre Canadá y Estados Unidos señalando el desgaste político del premier Trudeau en provincias agrícolas como Quebec,  demasiado entusiasmo por parte del presidente estadounidense sobre lo que ganará con el nuevo acuerdo, efectos no considerados derivados del acuerdo que pueden limitar sus logros y la incertidumbre de que la conformación del nuevo congreso estadounidense a partir de enero del 2019 quiera poner su propia impronta en la ratificación del nuevo acuerdo.



[1] Los términos de la negociación de México se publicaron en el periódico Reforma del 2 de octubre de 2018
[2] Los términos de la negociación de Canadá se publicaron en el periódico Toronto Star News el 1º de octubre de 2018

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