Ciudad de México, septiembre de 2018
Un esfuerzo elogioso por recuperar la historia de la música[1]
El libro
que comento contiene la vida novelada, no es una biografía, de siete de los
grandes músicos de lengua alemana reconstruida a través de su correspondencia,
los conocimientos divulgados, escritos personales e información recopilada
sobre su obra. La historia está narrada en primera persona y gira en torno a un
acontecimiento importante de la vida de cada uno de los célebres músicos. La
selección de compositores obedece probablemente al gusto musical del autor.
En mi
recorrido por la música he sido gran admirador de Beethoven, Brahms y Mahler,
menos de Wagner y lejano de Schubert, Liszt y Schumann. A pesar de mi profundo
apego a la música clásica nunca antes había escrito una nota sobre el tema, lo
que la lectura de este libro me motivó a realizar.
Por
último, a partir de esta lectura reconozco que he comenzado a escuchar con
mayor detenimiento a los compositores hasta ahora olvidados.
Ludwig
van Beethoven (1770-1827) El encuentro
Beethoven
siente cercano su final, está enfermo, sordo y como siempre quejándose de la
falta de recursos económicos, a pesar de que se le considera el compositor más
grande de su tiempo. Se queja de que ha estado cuatro meses en cama, le han
realizado cuatro operaciones seguidas y que no puede dormir por las noches.
Está empecinado en terminar su décima sinfonía. Le pide a su secretario que
quiere platicar con Franz Schubert, a quien admira después de haber escuchado
sus Canciones de invierno. Este cuando llega, quizás por ello el relato se
llama el encuentro, le confiesa su ilimitada admiración, Beethoven le pide que
escuche la confesión de su vida y de su música. Le dice que su obra es mejor
gracias a la sordera que le ha dado una nueva sensibilidad, le transmite los
recuerdos de sus padres (reproches al padre alcohólico y afección por la madre),
de sus profesores, le habla de algunas de sus obras Misa en Do mayor, la gran
sonata hamerklavier y la gran fuga para
cuarteto de cuerdas, sus relaciones con Mozart, frías a pesar de que esperaba
con gran entusiasmo su encuentro, de su fructífera relación con Josef Haydn
quien lo apoyó a pesar de algunos desencuentros, le muestra su testamento de
Heiligenstad (dirigido a sus hermanos Karl y Johann) el cual es una confesión
de su enfermedad, de la muerte que ronda (a pesar de que lo escribe cuando
tenía 28 años) y del reparto de sus bienes, le menciona que su sinfonía Heroica
(la número tres en el orden de las composiciones) es una ruptura con la
tradición anterior, de que la séptima se inspiró en el amor por Antonia
Brentano y de que la novena es la síntesis de toda su obra, menciona sus varios
amores y su encuentro con Goethe, quien le reprochó su espíritu indómito. El funeral
de Beethoven a los 57 años fue una gran demostración de la admiración que toda
Viena sentía por el célebre compositor.
Franz
Schubert (1797-1828) La melodía infinita
El
relato lo inicia el joven compositor en la casa de su hermano Ferdinand donde
enfermo espera la llegada de su propia muerte, habla de la de Beethoven, a quien admiraba con pasión y su
presentimiento de que moriría al poco tiempo, confiesa su vida disipada en compañía de sus amigos, de sus recurrentes
necesidades económicas, el avance imparable de la sífilis que lo llevará a
incontables internamientos en hospitales y finalmente a la muerte, de sus obras
El viaje de invierno, Fantasía en Do menor para violín que le inyectó nueva
vitalidad, en F menor para piano a cuatro manos, Quinteto para cuerdas y de su
ópera Alfonso y Estrella hecha en colaboración con su gran amigo Franz von
Shober. El compositor confiesa su impresión de que su música no sea valorada
(“el grueso de mi música es del todo desconocida”) aunque sus numerosas
cantatas (lieder) tuvieron una amplia aceptación en el público. Valora la
amistad y habla de cómo sus amigos le organizaron en Viena una exitosa
presentación con algunas de sus obras vocales más importantes que le derivó en
algunos ingresos. Fue el compositor que vivió menos del grupo seleccionado
aunque su breve vida fue muy creativa.
Robert
Schumann (1810-1856) Variaciones del espíritu
Desde
el manicomio de Enderich en la cercanía de Bonn, el compositor se queja de que
su esposa Clara no haya ido a verlo, habla de su familia (tuvo numerosos hijos
que lo llenaron también de preocupaciones), sus padres, sus grandes modelos
Bach y Beethoven, su admiración por Clara como una gran pianista (su matrimonio
había sido a pesar de la férrea oposición del padre de ella), la sífilis que lo
aqueja y que le complicó su vida, su admiración por Brahms, a quien desde su
primer encuentro lo consideró su heredero, sus relaciones con contemporáneos
como Franz Liszt a quien le dedicó su Fantasía en Do mayor, y de sus obras
preferidas Kreisleriana para piano (en honor a un compositor de apellido Kreisler), el ciclo de
canciones Amor de poeta y la Obertura Manfred (también dedicada a Liszt). Sus
recurrentes crisis nerviosas que lo llevan a un intento de suicidio en el río
Rin y su ingreso al manicomio donde permanecerá inseguro, triste y aislado
hasta el final de sus días. Se trata sin duda de un espíritu atormentado.
Richard
Wagner (1813-1883). Drama y revolución
El
subtítulo de esta historia novelada revela dos de las grandes preocupaciones
que aborda en sus reflexiones el célebre compositor: su profundo amor por el
drama musical y las innovaciones que introduce en la composición musical. La
narración se inicia con la inauguración del ciclo completo El anillo del
nibelungo (El oro del Rin, La valquiria, Sigfrido y El ocaso de los dioses) bajo
la dirección de Hans Ritter en el nuevo Teatro Bayreuth con la presencia de
importantes personajes entre ellos su principal benefactor el romántico Luis de
Bavaria. El famoso compositor hace hacia atrás un recuento de su vida donde
destacan su participación en la revuelta de Dresde de 1848, que lo obligó a
huir hacia Suiza donde permaneció 12 años, sus relaciones sentimentales
conflictivas con la voluble actriz Minna Planer, su pasión momentánea con
Matilde Wessendonck cuyo mecenazgo lo había liberado de preocupaciones económicas
y que le inspiró Tristán e Isolda y
finalmente, su gran amor Cósima Liszt con quien convive todavía casada con el
director von Bülow y que le da tres hijos; la influencia de filósofos como
Arthur Schopenhauer y Friedrich Nietzsche (éste último se distanció luego de
él) y su estrecha relación con Franz Liszt, por mucho tiempo su protector y
promotor más importante. En el recuento personal hace referencia a sus primeras
obras Rienzi y El holandés errante, mal recibidas por el público en París (la
primera fue luego un éxito en Dresde), a
sus grandes éxitos Tannhaüser, Lohengrin, Tristán e Isolda, Los maestros
cantores y al enorme esfuerzo realizado durante 28 años para concluir con el
ciclo de El anillo del nibelungo.
Franz
Liszt (1811-1886). Christus
El
subtítulo tiene relación con el extenso oratorio Christus que escribió cuando
vivía en el Monasterio de Santa María del Rosario en Roma. En este lugar el
compositor buscó refugio por varios años, tomó las órdenes menores y escribió
algunas de sus grandes obras de carácter religioso (Isabel de Hungría,
Christus, San Francisco de Asís). Desde este lugar hace un recuento de su vida,
su relación adúltera con la condesa Marie d´Agout con quien tiene tres
hijos(entre ellos Cósima), su presencia destacada en Weimar y su amplia red de
contactos que le brinda seguridad económica e influencia para impulsar a otros
autores, la generosa protección de la princesa Carolina von Sayn Wittgenstein
(rica terrateniente rusa y esposa del noble de origen alemán con dicho título)
que duró por más de veinte años aunque no pudo concluirse en matrimonio debido
a la oposición de la familia de la princesa, su relación con compositores como
Robert Schumann, Richard Wagner, Héctor Berlioz (fue parte de la vanguardia con
estos dos últimos frente a los considerados tradicionalistas Brahms y Schumann)
y sus grandes obras Sonata en si menor, la sinfonía Dante dedicada a Richard
Wagner y la sinfonía Fausto, entre otras. Fue el más longevo del grupo de
compositores que se incluyen en estas historias noveladas. Su muerte sobrevino
dos años después de Wagner y su funeral fue una manifestación de admiración
popular.
Johannes
Brahms (1833-1897). Nuevos caminos
El
relato novelado inicia con la noticia de la muerte de Clara Schumann, esposa
del compositor del mismo nombre y a la que siempre amó (la relación sentimental
con Clara duró 40 años). Ella era una famosa intérprete del piano y a partir de
la muerte de Schumann dio conciertos por las principales ciudades europeas. El
compositor relata cómo conoció a la familia Schumann en Düsseldorf, de la
fuerte impresión que le causó a Schumann cuando escuchó su música que lo llevó
a llamarlo su sucesor y sus frecuentes contactos con la familia donde incluso
se hizo cargo de los hijos por algún tiempo. El impacto de la muerte del
compositor, la decisión de emprender su propio camino lejos de Clara a pesar de
la fuerte atracción hacia ella y la completa dedicación a su carrera musical
que sería su mayor aportación a la humanidad. En el relato hace mención a
algunas de sus obras concierto para piano en r meno, que considera una
composición liberadora, a las variaciones sobre un tema de Schumann hechas para
complacer a Clara, aunque resulta curioso que no mencione a sus grandes
sinfonías. El compositor termina sus propias reflexiones cuando emprende el
viaje a Bonn para enterrar a su viejo amor Clara Schumann. El mismo se
encargará de organizarle un concierto de homenaje en dicha ciudad.
Gustav
Mahler (1860-1911). La hija del dolor
Este
incluye la vida personal y artística del compositor y director narrada cuando
ya se encuentra mortalmente enfermo en su viaje de regreso desde Nueva York a
Europa en 1911. En ella el autor habla en extenso de su amor por su esposa
Alma, una hermosa mujer que fue centro de atención en la sociedad vienesa, que
le reprocha su olvido y que le confiesa que lo engaña con un hombre más joven
Walter Gropius, el famoso fundador de la escuela de arquitectura y diseño de
Bauhaus en Wiemar (a la muerte de Mahler se casaría con él y luego se
separarían). El subtítulo se intuye se refiere a la dolorosa pérdida de su hija
mayor María, que muere víctima de la difteria. El artista se extiende en
recordarnos su largo ascenso como uno de los directores más famosos del mundo,
desde algunos teatros periféricos hasta el más prestigioso puesto de la Ópera
Imperial de Viena. Sus relaciones con los grandes músicos como Franz Liszt y
Johannes Brahms, con la vanguardia musical encabezada por Arnold Schönberg, Alban
Berg, Alexander von Zemlinsky y Antón Webern, con los grandes directores de
orquesta como Hans von Bülow, Hans Ritter y Arthur Nikish y con personajes como
Sigmund Freud, Thomas Mann y Friedrich Nietzsche. Sus grandes obras como la
octava sinfonía, la novena y la décima que queda inconclusa, con el encargo a
la esposa que alguno de sus discípulos la termine (excluyó expresamente a Bruno
Walter quien fue un notable director de orquesta). El compositor concluye sus
reflexiones con los motivos de su renuncia a la Ópera de Viena, su traslado a
Nueva York como director de dos de los conjuntos de mayor prestigio y a la
enfermedad mortal que lo lleva de regreso a Europa.
El
libro, sin duda, resulta una obra de enorme aprecio para cualquier amante de la
música clásica, ya que abundan las enciclopedias sobre compositores pero es
raro encontrarnos con un relato novelado en primera persona de los grandes músicos
y que aporte datos reveladores sobre su vida y actividad creativa.
Hay que leerlo!!!
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