miércoles, 1 de agosto de 2018

Propuesta de nueva relación con Estados Unidos


Ciudad de México, agosto de 2018


Propuesta epistolar de AMLO aTrump



La propuesta de AMLO, presidente electo de México, enviada en una carta al presidente Trump el pasado de 12 de julio me parece un documento bien intencionado aunque dado la volatilidad, rechazo a la información veraz y reacciones instintivas del destinatario es un poco ingenuo pensar que lo vaya a tomar en serio para enmarcar el contexto de la relación bilateral.

Trump ha buscado una y otra vez una relación no entre iguales sino de sometimiento a sus propios intereses, esto es lo ha sucedido con sus aliados el Grupo de los 7, de la OTAN y de manera menos arrogante con China, a la cual le ha declarado una guerra comercial total pero a la vez tiene frecuentes expresiones de alabanza hacia el presidente Xi Jinping, su máximo dirigente. En los casos del primer ministro de Canadá, la canciller alemana y la primera ministro del Reino Unido, los dirigentes han sido objeto de ofensivos y airados señalamientos del volátil presidente en cuanto a sus cualidades personales, habilidades o compromisos locales o internacionales.

En el ámbito comercial las acerbas críticas y amenazas de  retirarse del TLCAN durante su campaña, como un tratado desfavorable a Estados Unidos debido a los déficits comerciales que tiene con sus socios, dio paso ante las presiones internas de empresarios y políticos, a una negociación para modificarlo buscando claro esta mayores concesiones, aunque bajo el eufemismo de una denominada ”modernización”. Esta se ha dado desde el inicio de su administración aunque ante diferencias entre las partes hace algunas semanas declaró que no esperaba que el tratado se aprobara hasta después de las elecciones legislativas de mitad del periodo en dicho país. Sin embargo, ha habido nuevamente un cambio de señales, ya que ahora su secretario de comercio y su negociador en jefe están presionando para concluir la negociación en los próximos días. Sin duda, este cambio de opinión no es producto de la propuesta del presidente electo de reanudar la negociación sino que ante la guerra comercial con China y la actitud pesimista de los europeos sobre lo que se puede esperar de los recientes compromisos hechos con el presidente comunitario Jean Claude Juncker en Washington, el voluble mandatario esté buscando tener cuando menos ya bajo control el panorama con dos de sus principales socios comerciales como prueba de sus habilidades de saber doblar a los demás previo a las elecciones legislativas de noviembre.  

En materia migratoria, la propuesta del presidente electo es la de emprender una política interna que fomente la producción y el empleo a través de grandes proyectos turísticos, de infraestructura regional, reforestación y el desarrollo de la frontera norte con medidas fiscales, aumento del salario y otras, con la finalidad de que la gente se quede en el país, no busque emigrar al vecino del norte.

Adicionalmente, el presidente electo hace referencia a la migración centroamericana para la cual propone un plan de desarrollo donde participen con recursos todos los países implicados para que la población se quede en sus lugares de origen complementado con medidas que en lo general se señalan como de “control y seguridad fronteriza” sin mayor precisión.
En ambos casos el presidente Trump, sólo puede ver estas propuestas como cambios de mediano y largo plazo (recuérdese que ya está en campaña para la reelección  en 2020), por lo que ha seguido insistiendo en sus viejas propuestas en la relación con México: creación del muro fronterizo por lo que ahora amenaza nuevamente a la administración federal dejarla sin presupuesto en octubre,  política migratoria más dura ahora debido a que el número de homicidios en México se ha disparado y fuertes críticas a que hacemos muy poco para parar la migración que viene hacia su país proveniente de Centroamérica.

Finalmente, aunque se hace mención a la seguridad no se especifica en la carta a que  se refiere con ello. Sin embargo, bajo dicho tema se ha tratado bilateralmente el tráfico de drogas y de armas ambos pueden ser objeto de crecientes diferencias, ya que el nuevo gobierno está hablando de una nuevo enfoque hacia las drogas  que ha ya llevado a declaraciones no favorables a una apertura indiscriminada por parte de la vocera de la Casa Blanca (algo similar a la postura que se ha tenido ante las recientes medidas de Canadá) mientras que en el caso de las armas parece que el tema sólo le preocupa a nuestro país. El presidente Trump tiene el amplio apoyo de la poderosa Asociación Nacional del Rifle opuesta a cualquier control en el comercio de armas en Estados Unidos.

Por lo anterior, me temo que no podemos esperar mucho en cuanto a cambios de actitud del presidente Trump hacia el gobierno de México (saliente y entrante) por el contrario estaremos en la mira para atacarnos siempre que le sirva para conservar y atraer el apoyo de los grupos duros (racistas, proteccionistas y xenófobos), los fervientes creyentes del lema de su campaña y gobierno “America First”, que constituyen la principal fuerza de su electorado. La mejor forma de reaccionar es buscar sólidos aliados en Estados Unidos a todos los niveles y ámbitos que nos defiendan de los embates del iracundo presidente estadounidense. No está por demás comentar que el infartado principal asesor económico de Trump, Kudlow mostró su disgusto no sólo contra el premier Trudeau (lo mandó directo al infierno) sino también hacia la aguerrida Secretaria de Relaciones Exteriores canadiense Chrystia Freeland cuando señaló que se pasa más el tiempo hablando ante los comités del congreso estadounidense que en la mesa de negociación del TLCAN.




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