jueves, 1 de febrero de 2018

Gilles Lipovetsky: un ensayo crítico sobre la sociedad de nuestros tiempos

                                                         Febrero de 2018



De la ligereza: un ensayo crítico de la sociedad de nuestros tiempos

Gilles Lipovetsky, es un filósofo, sociólogo y escritor francés de origen ruso, nacido en Millau en 1944, quien es autor de libros que nos mueven a pensar sobre nuestro entorno actual: La era del vacío (1983), El imperio de lo efímero (2002) y De la ligereza, publicado en nuestro país en 2016, entre otros. El autor nos visitó con motivo de su publicación, extendiendo sus explicaciones a través de entrevistas y presentación de ponencias en varios foros sobre el contenido del mismo.

En esta última el autor afirma en su introducción que en el mundo está en marcha la civilización de lo ligero, define varios aspectos que caracterizan a este proceso, contextualiza que ello se produce en un mundo dónde la búsqueda principal es el bienestar individual y que la misma está asociado al comportamiento consumístico que es el signo relevante de nuestra sociedad.

En los ocho capítulos siguientes el autor profundiza sobre algunos temas de su interés. El consumismo a través de varias fases de la historia del mundo, el consumismo asociado a la ligereza como un estado que nos lleva a vivir con intensidad, con frivolidad y pensando sólo en el presente; introduce una serie de conceptos novedosos para describir los comportamientos actuales como las economías de consumo basadas en la seducción, lo lúdico y lo ligero, el consumo de hipermoda que se caracteriza por el cambio, la renovación continua, la ligereza hipermoda que es una mezcla de economía, frivolidad y seducción y finalmente el ciudadano hipermoda que es aquel que busca vivir de la manera más despreocupada posible. El autor nos señala que estamos inmersos en una nueva etapa del capitalismo a la que llama de seducción impulsado por los signos de diversión (“no se trata ya de elevar los espíritus, de inculcar valores superiores, de formar ciudadanos ejemplares, sino de divertir para vender mejor”), el cual coexiste con el capitalismo financiero con una expansión sin precedente en el mundo actual.

El autor nos lleva a explorar a través de diversas temáticas el avance de lo ligero. En el caso de la atención que damos de manera especial a nuestro cuerpo incluyendo la moderna obsesión por la delgadez; el notable avance que se ha vivido en la carrera hacia la miniaturización, la desmaterialización y todo lo que se conoce hoy como la nanotecnología, lo cual se está plasmando de manera más evidente en los objetos de uso corriente que tenemos a nuestro alrededor: computadoras portátiles, smartphones, etcétera. La ligereza se extiende también al campo de la moda que la ha hecho más sencilla tanto para hombres como mujeres; al arte donde el autor afirma que la ligereza ha sido una búsqueda constante a través de la historia aunque ahora sucumbió también a la hipermoda por lo cual se han roto las normas tradicionales de evaluación y los fines metafísicos (el arte moda es ahora según el autor: escándalo visual, experiencia sensorial, ligereza liberada de mensajes sustanciales); a la arquitectura donde el autor señala que la hipermoda nos lleva a construir con el propósito de asombrar, maravillar, provocar sensaciones y que puede desembocar por desgracia en la llamada arquitectura espectáculo que satisface principalmente a la ligereza consumista.

A la ligereza, el autor ha asociado también el término inglés cool que es definido como un comportamiento o conducta distendida y desformalizada aunque no ajena a las angustias, frustraciones y desencuentros que se tienen el mundo actual; lo cool aunque el autor lo aplica al campo de las relaciones sexuales lo hace con reservas y esto es también extensivo al individualismo, ya que el ser humano debe enfrentar hoy en día muchas inseguridades, inquietudes y lo que llama el “cansancio de ser uno mismo”.

En el tema de la política se incluyen conceptos como la política-espectáculo (vía imagen se diseñan campañas centradas en la personalización de los dirigentes y la valoración de sus rasgos psicológicos como una extensión más del star system popular en el mundo de los artistas), ciudadanía light (ciudadanos sin deberes ni obligaciones), la despolitización que se observa en las sociedades modernas (menor afiliación a los partidos y alto abstencionismo), la desconfianza como resultado de un futuro inseguro, amenazador e ingobernable, el auge de nuevas formas de participación ciudadana como las llamadas organizaciones de la sociedad civil y la desigualdad que avanza como consecuencia del crecimiento de la pobreza, el paro, la precarización del trabajo, etcétera.

Como producto de la civilización de lo ligero el autor señala dos aspectos preocupantes. El primero está asociado a la tendencia que se tiene en los medios a desplazar como parte de privilegiar el espectáculo a la opinión de los intelectuales a favor de personajes simpáticos que están de moda: …” el poder de los intelectuales ha cedido el puesto a los medios: son estos los que fijan las prioridades…” afirma en el texto. (los altos niveles de audiencia de programas humorísticos como Saturday Night Live en Estados Unidos es una muestra de ello). El otro tiene que ver con la creciente tendencia a descalificar el aprendizaje basado en el esfuerzo y la disciplina por la cultura interactiva vía la pantalla de los medios electrónicos donde el individuo tiene el riesgo de optar por los contenidos más ligeros. En este sentido, el autor afirma que: “El universo digital podrá “llenar” las cabezas, pero por sí mismo no tiene capacidad para “poner las cabezas en su sitio”: progreso tecnológico no es progreso cognitivo, para pensar no basta con estar conectado.”

Finalmente, el autor termina por confesar que a pesar de los avances de la revolución de la ligereza está no ha hecho al mundo más feliz, lo cual nos debe llevar a estar más atento a tener en cuenta los aspectos positivos y negativos de la misma: “El peligro no es la ligereza frívola, afirma el autor, sino su hipertrofia, cuando invade la vida y asfixia las demás dimensiones esenciales: la reflexión, la creación, la responsabilidad ética o política.”

Comentarios:

Gilles Lipovetsky hace una amplia crítica social a la vez que nos da observaciones reveladoras sobre nuestro actual entorno.

Los términos son nuevos pero nos revelan aspectos de la realidad actual que nos resultan conocidos, ya que lo podemos ver cotidianamente a nuestro alrededor: civilización de lo ligero, la ligereza frívola, la hipermoda, la política espectáculo o el capitalismo de la seducción, entre otros.

Las nuevas orientaciones afectan a las concepciones de nuestro propio cuerpo, el desarrollo de las nuevas tecnologías, a la moda, al arte, a la arquitectura, al diseño, a la política, a los medios de comunicación y al aprendizaje. La búsqueda de la ligereza ha contribuido a cambiar muchas de estas concepciones aunque me temo no siempre para bien en algunos casos.

El ensayo recurre a otro término, el inglés cool para asociarlo al comportamiento ligero, explicar cómo ello afecta las interrelaciones humanas y el nuevo comportamiento sexual aunque señala que han surgido cada vez más limitaciones dictadas por preocupaciones de índole social.

El filósofo aborda también los nuevos cambios que se están dando en el mundo de la política, el espectáculo, la ciudadanía light, la despolitización, la desconfianza, etcétera. En estos temas sigue de cerca las ideas del politólogo Zygmunt Bauman expuestas a través de una amplia obra.

Además se abordan otros signos preocupantes en nuestros tiempos como son el desplazamiento de las ideas por parte de los medios apoyados en la sustitución del espectáculo por la discusión y la desvalorización del aprendizaje formal por la facilidad que te brindan los medios de información electrónica.

El autor admite que el avance de la civilización de lo ligero no nos ha llevado a una mayor felicidad. Esto sin llegar a afirmar que ha fracasado demuestra que existen muchas insatisfacciones que nos deben llevar a sopesar lo positivo y lo negativo de esta nueva corriente.


Finalmente, habría que concluir que el análisis del autor es generalizador lo que provoca dudas sobre si algunas de sus aseveraciones pueden ser aplicables en todos los casos. Por ejemplo, en paralelo a la ligereza arquitectónica exista con la monumentalidad, la ligereza estética no explica el atractivo de la obra de Fernando Botero, la ligereza del peso convive con crisis de obesidad en varios países y la enseñanza tradicional es todavía el único vehículo de ascenso social en muchos países, entre otras.

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