Ciudad
de México, Septiembre de 2017.
Procesos electorales cuestionados
Los políticos, decía un amigo, son los que finalmente dan trabajo a los profesionistas, por lo que la elección de los mismos a los cargos de representación debe ser motivo de nuestra mayor atención.
Las elecciones no son todavía
confiables en nuestro país, a pesar de los cambios que se han hecho en la
legislación electoral y que la han vuelto cada vez más compleja, pero no exenta
de cuestionamientos.
Los tiempos de pre campañas de
los candidatos son violados a través de diversas maneras a pesar de las sanciones
que ello conlleva; los gobernantes en turno intervienen de manera poco
escrupulosa para favorecer a través del
uso de los recursos públicos los candidatos de su mismo partido a los cargos
sujetos a votación electoral.
El uso de los recursos
públicos a favor de los candidatos del partido en el poder es extenso en los
periodos previos (pre campañas y campañas) y durante las jornadas electorales,
donde se afirma que el voto es muchas veces comprado y de acuerdo al monto se
deciden las victorias electorales.
El INE encontró en las
elecciones recientes rebases (mayor a 3%) a los topes de campaña en el caso de
una gubernatura; de acuerdo a las reformas electorales cuando ello sucede y se
combina con un triunfo inferior al 3% entre el ganador y el segundo lugar, las
elecciones pueden ser anuladas. El asunto está en manos de los tribunales, que
se deberán pronunciar en algún momento.
Ante ello, no falta la opinión
de algunos reconocidos analistas políticos que consideran necesario nuevos
cambios en las leyes electorales que eviten “lagunas” legales que permiten que
se presenten las situaciones antes descritas que deterioran la confianza de los
ciudadanos en los procesos electorales.
Las campañas electorales
resultan muy caras para nuestro país; el financiamiento autorizado por el INE
es muy superior al que se otorga en el extranjero de acuerdo al gasto por
elector. El gasto aprobado para 2018 alcanza niveles históricos, aunque se dice
que se realiza de acuerdo al marco legal (no incluye además lo que reciben los
partidos de los gobiernos estatales, lo que aumenta considerablemente la cifra
del gasto). Las iniciativas para modificar dicha metodología están congeladas
en el Congreso por oposición de los principales partidos.
Los órganos de fiscalización
reportan gastos muy superiores a los que señalan de manera oficial los
partidos, lo que muestra que el dinero fluye hacia las campañas de muchos
ámbitos y los mismos se ocultan de maneras muy creativas.
El INE, claro está que con la
oposición de muchos, busca que los gastos en medios tengan un comportamiento
adecuado durante las campañas, de tal manera que proporcionen información veraz
sobre los candidatos. En fecha reciente
emitió una serie de recomendaciones a los medios aunque las mismas no son
vinculantes.
Además el INE ha elaborado una
serie de lineamientos el llamado “piso parejo”, para las próximas campañas
electorales con el claro descontento de muchos políticos y medios de
comunicación, orientados a restringir la promoción de los dirigentes políticos
que buscan ser candidatos y de los funcionarios públicos que pretenden saltar a
un puesto de elección al través del uso propagandístico de los programas
sociales. Esto, a pesar de que, muchos probables candidatos han comenzado ya
sus campañas usando diversas figuras como disfraz: coordinadores de
organización, cobijados por nuevos grupos ciudadanos surgidos en las redes
sociales, supuestas entrevistas de prensa que son ampliamente publicitadas en
medios, etcétera. El poder judicial ha cuestionado la autoridad del INE por lo que
no se sabe que quedará finalmente de la mencionada disposición.
La proximidad de las
elecciones presidenciales en el 2018, de las cámaras legislativas, de
gobernadores y otros cargos de varios niveles de gobierno, volverá a poner en
el centro de la atención los gastos que se hacen para elegir a nuestros
gobernantes.
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