Ciudad de México, Septiembre de 2016
Presente complicado, futuro incierto
El 7
de septiembre el secretario de Hacienda Luis Videgaray presentó su renuncia. No
hubo explicación oficial, sin embargo, la misma fue interpretada como resultado
de su participación en la organización de la rápida visita del candidato
republicano Donald Trump. Las opiniones negativas sobre la decisión que el
presidente asumió como suya fueron muy amplias. A raíz de su partida, se ha
hablado de la gran influencia que el secretario tenía en muchas decisiones de
carácter político y económico que tomaba el presidente y de su relación con sus
colegas de gabinete que tenía la característica de ser más un superior que un
igual en varios casos.
Además
se comenta que el secretario fue un protagonista en la formulación del llamado
Pacto por México (2 de diciembre de 2012) que fue el marco de consenso donde
los principales partidos políticos aprobaron las reformas que el presidente
había prometido durante su campaña; se conoce su intervención en la formulación
de algunas de estas ya sea donde la secretaría tiene competencia directa: la
financiera, la fiscal y en parte de la
energética pero también en otras donde la competencia es de otras dependencias como en el programa
para democratizar la productividad (2013) cuyo cumplimiento y seguimiento se le
encargó desde la secretaría.
En
la secretaría de Hacienda, la gestión de los pasados cuatro años ha dado
resultados que pueden ser sujetos a debate en cuanto a lo que finalmente se
obtuvo y que tampoco nos puede dar certeza económica sobre el futuro que
tenemos adelante.
El
Pacto por México se proponía que nuestra economía creciera gracias a las
reformas en alrededor del 5% a partir de 2015 pero en lo que va de la actual
administración el crecimiento ha sido de 2.1% (considerando que el año cierre
con 2.4% que muchos estiman muy poco probable), el cual es inferior al del
gobierno del panista Vicente Fox (2.2%) y un poco mayor al de Calderón 1.9%.
Las estimaciones para 2017 señalan un crecimiento de 2.5%, el cual sería
inferior al potencial (2.7%) y que, como estamos ya acostumbrado, sabemos que
la cifra se irá ajustando a la baja a lo largo del año.
En
el ámbito de las finanzas públicas, su área de competencia, el secretario logró
con el apoyo del PRD pero no del PAN (algunos panistas votaron a favor) y las
críticas de los empresarios, la aprobación de la reforma fiscal (2013) que
buscaba aumentar la carga fiscal (una de las más bajas de América Latina),
reducir la dependencia de los ingresos petroleros y recurrir cada vez menos al
endeudamiento gubernamental para financiar el gasto.
A
partir de estos propósitos, la reforma ha sin duda elevado la contribución de los
ingresos tributarios a la economía, dado su fuerte impacto a partir de 2013:
los ingresos tributarios pasaron del 8.4% del PIB a 13.5% en las estimaciones
de cierre del 2016 (el patrón de contribuyentes se amplió en 7.9 millones). Otro
logro destacable fue que los ingresos petroleros que representaban el 39.5% de
los recursos presupuestales en 2012 pasaron al 9.8% en 2015. Sin embargo, la
deuda pública (interna y externa) se ha disparado del 34.3% del PIB en 2012 a
48.5% según la estimación de cierre de 2016. En su definición más amplia que
incluye las empresas y organismos del gobierno, el llamado saldo histórico de
los requerimientos financieros, se pasó de: 37.7% en 2012 a 50.5% para el
cierre del 2016.Por último, el déficit en su definición tradicional pasó del
2.4% del PIB a 2.9% para las estimaciones de cierre de 2016.
A
descargo de la reciente gestión hacendaria, cabe destacar que no estaba prevista
la drástica caída en los precios el petróleo: 98 dpb en 2013 frente a 36 dpb
para el cierre de 2016, lo que significó que los ingresos petroleros pasaran de
representar el 7.6% del PIB en 2012 a 4.2% del mismo indicador al cierre de
2016. Esto hubiera sido mayor sin las coberturas petroleras. Ello ha obligado a
realizar ajustes presupuestales en 2015 por 124 mmp y en 2016 por 164 mmp a fin de evitar un deterioro mayor de las
finanzas públicas.
Estas
medidas fueron, sin embargo, insuficientes, ya que el gasto no se contuvo en la
cuantía de lo que se requería. Los ajustes tanto en el gasto corriente como las
transferencias a estados son altamente polémicas por los intereses políticos
involucrados (gobernadores, secretarios de estados, directores de empresas,
etcétera), además de que partidas como la de pensiones y el costo financiero
están creciendo rápidamente. El gasto neto presupuestario pasará de 20.5% del
PIB en 2013 a 20.9% en 2016, lo que dice de las dificultades, que con todos los
recortes y economías, se tienen para reducir el gasto.
El
gasto corriente (servicios personales, subsidios y otros de operación) se
expandió en 2014 (5.6%), 2015 (4.9%) y la reducción estimada para 2016 está
lejos de que se materialice (de enero a julio se había reducido sólo en -1.7%
frente al estimado de -3.6%); las participaciones registran un crecimiento real
promedio de 4.3% entre 2013-2016 (están vinculadas a la recaudación federal de
impuestos) y se elevarán todavía más el próximo año.
Además,
como señala el documento de Criterios Generales de Política Económica para 2017
las presiones sobre el presupuesto se han incrementado notablemente en otros
rubros en otros rubros como son las pensiones donde el crecimiento real pasó de
8% en 2014 y se estima sea de 11.5% en 2016 y el costo financiero de la deuda
(por aumento del monto del endeudamiento, tasas de interés más altas y
depreciación del tipo de cambio), con un crecimiento promedio de 8% entre 2013
y 2016 .
El
monto de la deuda y su creciente costo financiero (el estimado alcanzaría un
crecimiento del 18.9% en 2017) han llevado a dos importantes agencias
calificadores estadunidenses a ajustar la perspectiva de la deuda pública del
país de estable a negativa, lo que pude elevar todavía más el costo de la
misma.
En
cuanto a la reforma financiera (2013) encaminada a impulsar el crecimiento del
sector, proveer mayor financiamiento a la economía, estimular la competencia y
otorgar seguridad jurídica a la banca, se tienen, cuando menos, con cifras
globales datos positivos. El financiamiento al sector público y privado, en
términos del PIB, se ha incrementado entre 2013 y 2016. Esta tendencia se
corrobora también observando el financiamiento por tipo de cartera: consumo,
vivienda y comercial. Sin embargo, el monto de crédito asignada al sector
privado (32.3% en 2016) todavía está muy por debajo del que vemos en algunos
países de América Latina (mayor del 50% del PIB). El índice de morosidad ha
mejorado ligeramente mientras que se ha deteriorado el de capitalización en el
lapso mencionado.
El
programa para democratizar la productividad, que le interesaba en particular al
secretario y pedía estar atento a su cumplimiento, ha tenido avances según
algunos de sus indicadores que se reportan hasta 2015 en la página de internet
de la secretaría como la tasa de informalidad laboral, días para abrir empresas
y se encuentra muy distantes de la meta en otros como el índice global de
productividad (horas trabajadas), la inversión en ciencia y tecnología con
relación al PIB, índice de productividad laboral de la región sur-sureste y el
índice de productividad total de los factores.
El 8
de septiembre el nuevo secretario de Hacienda, pocas horas después de su
nombramiento. presentó el llamado paquete económico a la Cámara de Disputados
incluyendo los Criterios Generales de Política Económica para 2017, cuyas
cifras han sido cuestionadas por varios especialistas: un crecimiento de 2.5%
que se ve difícil de cumplir por los recortes en el gasto anunciados (239.7 mmp
para 2017), una mayor participación de los ingresos tributarios en el PIB (13.4%)
cuando se repite que no habrá nuevos impuestos y la economía está muy difícil
que crezca a la tasa señalada, reducción del -4.8% en el crecimiento del gasto corriente, que se
considera poco probable frente a las inercias y resistencias para hacer ajustes
en la nómina gubernamental, un notable crecimiento (14%) en las pensiones, un
menor crecimiento de las participaciones (5.3%) y un saldo histórico de
requerimientos financieros que permanecerá en un monto elevado (50.2%) lo que
también presionará el costo financiero del gobierno. Además, con estas medidas
el gobierno estima reducir el déficit tradicional y generar un superávit
primario (sin incluir deuda) del 0.4% del PIB el próximo año, lo cual también
no se considera que sea realizable.
En
general, se estiman que las cifras que sustentan los resultados anteriores son
muy optimistas ya que en materia del crecimiento de Estados Unidos, el cambio de administración
a partir de enero del 2017 hace incierto el crecimiento esperado de 2.2%, la apuesta a una menor movilidad de los
mercados financieros va depender de la política del Sistema de la Reserva
Federal, no se contempla cercana la reducción en la inestabilidad cambiaria (el
cierre del dólar se estimó en 18 pesos por dólar en 2016 y en 18.20 para 2017 cuando ya anda en los 20 pesos por dólar en septiembre de este año), el mercado petrolero puede darnos todavía muchas sorpresas (el precio del
petróleo se estimó en 42 dpb promedio anual y se redujo todavía más la
plataforma de exportación, lo que significará una reducción de ingresos de
-15.7%). Todo ello hace poco probable que no se descarten nuevos recortes en el
gasto en el transcurso del año. En fin, el panorama económico es ya complejo
para lo que resta del año y se presenta muy incierto para el próximo.
Jorge, adiciono a tu oportuno comentario, la mala (pésima, diría yo) planeación presupuestaria de los estados, que no invierten nada en las empresas y creación de empleos y sí mucho en obras de relumbrón; te menciono el caso de Campeche, que a pesar de su escaso presupuesto (recaudatorio local y federal;en Campeche cerramos el primer trimestre del 2016 con un decrecimiento del -6.9% con respecto al año anterior. )se destinan a obras como la ampliación del malecón de Campeche (que ya tiene 6 kilómetros), un denominado recinto ferial, megadrenaje (pluvial) de una ciudad que no se inunda, en fin obras que solo benefician a la comunidad de constructores (4) afines al gobierno local..Ahi tenemos también que ejercer algún tipo de control para evitar este dispendio y mala planeación-
ResponderEliminar