viernes, 10 de junio de 2016

El Cuarteto de Alejandría: obra cumbre de la literatura europea

             Ciudad de México, junio de 2016


El Cuarteto de Alejandría: obra cumbre de la literatura europea.

El Cuarteto de Alejandría, es una obra que tenía pendiente desde hace muchos años de leer. Los cuatros tomos llegaron hace algún tiempo a mi casa como parte de la donación de la biblioteca de una difunta amiga, pero las lecturas de otros autores siempre me hacían postergarlo, a pesar de que siempre había escuchado comentarios muy positivos sobre los cuatro libros.
El Cuarteto de Alejandría consta de cuatro libros Justine (1957), Balthazar (1958), Mountolive (1958) y Clea. (1960). El autor es el escritor Lawrence Durrell, nacido en la India en 1912 y muerto en Sommiéres, Francia en 1990. Los padres eran colonos británicos, residió a disgusto brevemente en Inglaterra (no le gustaba el clima ni los ingleses), pero la mayor parte de su vida la pasó  fuera de dicho país. Fue hermano del escritor y naturalista Gerald Durrell, del cual conservo un bello libro autobiográfico My Family and Other Animals, su vida en una idílica isla de Corfú y su temprana pasión por los animales, que leí cuando estudiaba en la nación mencionada.
El autor escribió poesía, novelas, libros de viajes; vivió con su familia madre y hermanos en la isla de Corfú hasta el comienzo de la guerra cuando se mudó a Alejandría, en Egipto, donde residió por un largo tiempo, con desplazamientos periódicos a  El Cairo. En estas ciudades trabajó  para la embajada del Reino Unido como agregado de prensa y en otras misiones que algunos afirman incluyeron el espionaje dada la teoría conspiratoria que está detrás del cuarteto. En Alejandría conoció a su segunda esposa, Eve Cohen, que fue el modelo para el personaje de Justine (con la ayuda del Marqués de Sade)  y leyó  la obra del gran poeta Constantino Cavafis (1863-1933), de familia griega, pero nacido en esa misma ciudad. Sus versos son citados frecuentemente en el cuarteto: se refiere a él como “el poeta de la ciudad”.
A partir de 1948 en funciones de diplomático vive en la entonces Yugoslavia, de 1952 lo hará la isla de Chipre,  donde enseña literatura inglesa para ganarse la vida, luego en Italia  y  desde 1967, el autor se establece de manera definitiva en Sommiéres, en la Provenza francesa. El cuarteto lo escribe cuando ya se había  trasladado a Europa.
En la obra de Lawrence Durrrell se notan influencias de escritores tales como Henry Miller con quien sostuvo una estrecha relación personal y de intercambio epistolar, pero también de Henry James, James Joyce,  Joseph Conrad, André Gide y Marcel Proust.
En cuanto a la obra El Cuarteto de Alejandría, el autor ha señalado que los cuatros libros son hermanos, uno repercute en el otro, son libros “espejos”, uno se refleja en el otro, como lo ha señalado un crítico literario.
En autor experimenta en esta obra con el espacio, el tiempo; utiliza un lenguaje fuerte, descarnado,  con amplio recurso a la expresión poética y una narración basada principalmente  en largos monólogos que van revelando el drama de los personajes.
El escenario es principalmente la ciudad de Alejandría antes y  durante la guerra, una ciudad que cautiva al autor a partir de su pasado y su presente, habitada por árabes, judíos, griegos y europeos,  donde reconoce barrios, avenidas, edificios, oficios, costumbres, prostitución infantil y festividades no exentas de fanatismo, crueldad y violencia (circuncisiones colectivas en la fiesta coopta de Sitna Mariam y en la musulmana de Mulid de El Scob).
Los personajes son varios, vivaces y complejos. En la parte femenina: Justine, la mujer atractiva, sensual, seductora e independiente, Clea la pintora de amores selectivos, Melissa, la cantante y prostituta amante de todos, Leila, la matriarca de la dinastía Hosnani,  una beldad  desfigurada por la viruela recluida en un cuarto en compañía de una cobra y Liza, la hermana ciega del escritor Pursewarden, con quien ha tenido una relación incestuosa, luego esposa de Mountolive. Por el lado masculino, los escritores ingleses, el inseguro Darley,  el exitoso Pursewarden (alter ego del autor), los herederos de los Hosnani el cosmopolita Nassim y el intrépido y místico Naruz, el diplomático David Mountolive, el médico Balthazar que trabaja con los pobres, el extrovertido y promiscuo George Pombal, diplomático francés. 
Durrell nos va a revelar en su obra una gran capacidad  de trazar complejas relaciones, retratar los múltiples perfiles de los personajes, su enorme habilidad para crear atmósferas envolventes y desarrollar tramas donde sus personajes quedan atrapados como las arañas en sus redes. Sin embargo, todo ello parece ocultar un fin político: una conspiración que aprovecha el término de la tutela británica en Egipto para crear contrapesos  a los nuevos estados islámicos.
Los dos primeros libros están narrados por Darley, el tercero por un narrador exterior y en el último  Darley recupera la narración y cierra el libro.
Los dos primeros libros (Justine y Balthazar) giran en torno a la seducción que provoca el personaje femenino principal; Mountolive es más objetivo, directo y detalla más el entorno político y las relaciones de poder en Egipto; el cuarto (Clea) tiene una continuidad temporal centrada en la relación del personaje femenino con Darley y cierra la obra con el regreso de los personajes al continente europeo.
Justine,  que para algunos es la más completa de las tres,  quizás porque combina una investigación profunda del amor, el manejo de una inquietante sensualidad, un erotismo latente, los primeros pasos de una conspiración, la descripción de un mundo exótico y misterioso.
El personaje principal Justine, una judía egipcia que fue violada,  divorciada de un escritor francés Arnauti  y tiene una hija desaparecida, se envuelve sentimentalmente con algunos de los personajes masculinos que compiten por sus favores, Pursewarden que la humilla y desprecia, Darley que  es preso de una pasión ciega y sin límites por ella y finalmente, el esposo Nassim Hosnani dispuesto a tolerar las infidelidades de la mujer no se sabe s´por amor o complicidad. En torno a ellos  giran otros personajes: Melissa,  Pombal, Balthazar, Scobie (trabaja en la policía local pero es un trasvesti que visita los sitios más sombríos de la ciudad) inmersos en el mundo cosmopolita de Alejandría. Los indicios de la conspiración de los ricos coptos, cuando todavía Egipto está bajo la tutela de los británicos son conocidos por Scobie, pero nadie le da crédito a sus palabras. Justine se traslada a Palestina para trabajar en los enclaves judíos pero realmente lo hace para apoyar a los conspiradores que buscan crear un estado en Israel que sea contrapeso a los musulmanes.
Balthazar, es el nombre del segundo tomo, se trata del médico judío que trabaja con los enfermos terminales, el cual le confiesa a Darley que vive apartado del mundo en una isla (¿Chipre?), que Justine estaba realmente enamorada de Pursewarden y no de él, aunque le servía mejor para esconderse de Nassim; el escritor despreciaba a Justine, pero ella lo admiraba por su cinismo; Balthazar le señala su incapacidad de dudar y le urge a reescribir su novela con los hechos reales; el mundo rural con todo su atraso contrasta con el de Alejandría, los mejores hermanos Hosnani son los ejemplos de esos dos mundos; Leila,  la madre de los Hosnani, entonces una bella y atractiva mujer guía a su amante Mountolive a conocer los misterios del ancestral país que llevará a regresar más tarde.
En Mountolive,  se narra la vida del diplomático  David Mountolive en Alejandría, su paso por otras misiones diplomáticas y su llegada como embajador a Egipto, cuando el Reino Unido concluye su misión tutelar. El diplomático tiene que hacer frente a la conspiración que Nassim Hosnani y otros líderes coptos, los pudientes del país, están organizando para evitar ser desplazados por el nuevo gobierno egipcio liderado por políticos corruptos. Pursewarden que se ha enterado de todo decide suicidarse para no tener que traicionar ni al gobierno británico ni a sus amigos egipcios. En su afán de superar al hermano mayor, Naruz pasa de un personaje tímido a otro intrépido, cabeza de un grupo religioso copto, pero el gobierno decide cobrarle a él la cuenta que tiene con la familia Hosnani.
Este tercer libro se adentra en el mundo de la política egipcia plagado de corrupción, donde los favores del primer ministro son comprados con billetes que se esconden en las páginas de elegantes ediciones del libro sagrado de El Corán, aunque al mismo tiempo el personaje se reúne con un grupo de fieles musulmanes a celebrar oración; los británicos se muestran indiferentes a los trabajos de los conspiradores limitándose a informar al gobierno egipcio; y el estallido de la segunda guerra abre un impasse para que las decisiones se posterguen sobre el destino de Palestina.
En el cuarto tomo, Clea la figura de Justine pasa a segundo término, ella y Nassin han sido acusados de conspirar y sus movimientos son vigilados por la policía del gobierno, Darley deja su isla, entrega a Nassim la hija que había tenido con Melissa (venganza contra Justine),  tiene un largo romance con  Clea hasta que esta lo rechaza llevada por una creciente indiferencia y aburrimiento, la muerte de Pursewarden se explica ahora como una manera de liberar a su hermana Liza de su insana atracción, Mountolive  encuentra en ella la mujer de su vida  y decide esposarla antes de partir como embajador en Francia, Clea sufre un accidente casi fatal, pierde una mano y se traslada a vivir a París. La  destrucción de la guerra ha hecho a muchos lugares evocados en los libros perder su atractivo, ahora todo luce diferente.

Antes y después del cuarteto, Lawrence Durrell escribió y escribirá otras obras, las más conocidas son The Revolt of Aphrodite (Tunc, 1968 y Nunquam, 1970), el Quinteto de Aviñón (1974-1985) y publicará sus poemas completos (1931-1974), pero ninguna alcanzará la fama de la primera. Es tal, que muchos se acuerdan de haber leído el Cuarteto de Alejandría, pero no el nombre  de su autor. En estos tiempos, donde estamos invadidos de  literatura ligera (reinos imaginarios, fortachones, animales fantásticos,  brujos todopoderosos), recuperar lecturas como  éstas contribuyen a tener otras referencias que permitan opciones al lector.

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