La Guerra Civil Española: comentarios a la obra del historiador británico Hugh Thomas
Por Jorge Castañares
En la reciente lectura de la gran obra del historiador inglés Hugh Thomas sobre la guerra civil española The Spanish Civil War, publicada en una edición revisada y corregida de Penguin Books en 2003 destacan en cuanto a temáticas los aspectos siguientes:
Antecedente:
España, después de la caída en 1931 del Rey Alfonso XIII (rey desde 1904 después de la regencia de su madre la Reina María Cristina de 1885 a dicha fecha) estaba sumida en profundas disputas entre monarquistas, republicanos, carlistas, falangistas y anarquistas. El rey abdicó después de la pérdida de apoyo del ejército y de la realización de elecciones locales que castigaron severamente a los candidatos de la monarquía. Entre la caída de la monarquía y la segunda república hubieron varios pronunciamientos militares, entre ellos, en 1932, el del General José Sanjurjo, héroe de la guerra de África, conocido como Marqués del Rift y que se exilia en Portugal.
La victoria del Frente Popular sobre el Frente Nacional hizo más temerosos a los conservadores de que la nueva república representara la pérdida de los valores tradicionales de España, por lo que buscaron al ejército para impedirlo.
El asesinato del líder parlamentario de la oposición José Calvo Sotelo y la detención del líder de la falange José Antonio Primo de Rivera, fueron los últimos actos políticos importantes previos al estallido del conflicto.
El Presidente era desde el 10 de mayo de 1936 Manuel Azaña, antecedido por Alcalá Zamora (banal y entrometido) y el Primero Ministro era Casares Quiroga, quien renunció después del estallido.
Los carlistas representaban la pretensión de los herederos de Carlos IV por la vía de uno de sus herederos Carlos V al trono español. La revuelta carlista se opondría a que corona pasara de Fernando VII a su hija Isabel II. El último heredero de los carlistas fue Alfonso Carlos, que sin descendencia natural, dejó como pretendiente a Xavier de Borbón Parma, hijo del duque de Parma. El enclave más importante de los carlistas estaba en Navarra y su orientación era conservadora: Dios Patria y Rey.
El anarquismo, que negaba el gobierno, el parlamentarismo y la religión, de acuerdo con las ideas del filósofo ruso Bakunin, se extendió primero entre los campesinos sin tierra de Andalucía y luego entre los emigrantes obreros que trabajaban las fábricas de Barcelona. Los anarquistas llevaron a cabo diversos atentados: mataron al Primer Ministro Cánovas de Alfonso XIII, atentaron contra el mismo Rey y su esposa en dos ocasiones y contra otras personalidades políticas.
En la Guerra Civil jugaron un papel importante como fuerza beligerante en la revuelta de Barcelona durante el mayo rojo en 1938 y en la defensa de la república. Participaron en las organizaciones obreras principalmente la CNT (con alrededor de 700 mil miembros) y la UGT (con más de 300 mil miembros) e integraron algunos de los gobiernos que se formaron durante el conflicto. Los anarquistas pueden haber alcanzado alrededor de 200 mil miembros.
La Falange fue creada en 1933 por José Antonio Primo de Rivera hijo del dictador Miguel Primo de Rivera, primer ministro de Alfonso XIII y quien sería desplazado por el mismo rey ante la creciente pérdida de apoyo del ejército. El dictador moriría en el exilio.
El Partido Comunista era un partido pequeño que creció a raíz del conflicto y del apoyo de Rusia. Su rival era el partido obrero de unificación marxista (antistalinista, POUM), que con todos lo medios buscaron destruir con el beneplácito de Moscú, lo que llevo a declararlo ilegal y al arresto de sus principales cabezas a mediados de 1937, entre ellos el asesinato de su líder Andrés Nin, cercano colaborador de Troksky. Los comunistas se hicieron gradualmente del control de gobiernos locales, fuerzas policíacas y cuadros del ejército republicano. Su apoyo a los gobiernos de Largo Caballero y Negrín fue decisivo para su permanencia.
Inicio del conflicto:
Los nacionalistas dieron su primer golpe el 17 de julio de 1936, como estaba previsto en Melilla en el Marruecos español; Francisco Franco voló desde Tenerife para encabezar el golpe. Los oficiales que se resistieron fueron pasados por las armas. El general Emilio Mola lo hizo desde Navarra, y se negó retractarse ante la insistencia del nuevo primer ministro Martínez Barrio, que dimitió ante el fracaso de las negociaciones. Fue sucedido por José Giral, que pidió el apoyo de Francia y Rusia para luchar contra los sublevados. Los demás generales involucrados lo hicieron en el resto de la península: Gonzalo Queipo de Llano en Sevilla, Manuel Goded en Barcelona, Miguel Cabanellas en Zaragoza, Andrés Saliquet en Valladolid. La revuelta, contrario a lo previsto, no prosperó en toda España, por lo que el país se dividió entre republicanos y rebeldes.
Los republicanos contaron desde el inicio con la flota naval, pero no fueron efectivos en su uso; en el aire llegaron a tener supremacía pero pronto la perdieron frente a los nacionalistas gracias al apoyo alemán; en tierra aunque los contingentes eran más o menos parejos, los nacionalistas los superaron en organización y disciplina.
El núcleo del ejército nacionalista era el Ejército de África (Marruecos Español) acostumbrado al combate mientras que el republicano estaba integrado por la Guardia Civil, las fuerzas de reacción y anarquistas, que provenían de los centros urbanos. Muchos de los generales que participaban en la guerra habían servido en Marruecos como Sanjurjo, Franco, Yague, Millán Astray (creador de la Legión Extranjera española), etcétera.
La inestabilidad de los gobiernos de la república se revela por el hecho que desde el estallido del conflicto en 1936 hasta su conclusión se sucedieron cinco gobiernos integrados por diversos representantes políticos: Santiago Casares Quiroga, Diego Martínez Barrio, José Giral, Largo Caballero y Negrín.
Al inicio, la república contó a su favor con las industrias del país vasco, Cataluña y Madrid, con el control de las comunicaciones, de los principales puertos y con la rica faja agrícola que se extendía a lo largo del Mediterráneo mientras que los rebeldes contaban con recursos más modestos tanto industriales como agrícolas.
La intervención del exterior:
Francia e Inglaterra tuvieron un papel ingenuo incluso cínico: España era un problema frente a los intereses de mantener una buena relación con Alemania, Italia y Rusia.
En Francia, los socialistas franceses tenían claras simpatías por la república, pero sus acciones de frenaron por la oposición conservadora interna y por temor a comprometer la cercanía con Inglaterra y esta última con Italia y Alemania.
Alemania, Italia y Rusia fueron desde el principio intervencionistas y congruentes con sus designios expansionistas y militaristas en Europa.
El famoso Comité Anti Intervencionista fue una instancia poco efectiva para detener a las potencias intervencionistas, sirvió más como un foro para denunciar su presencia en el conflicto.
Estados Unidos no intervino pero no dejó de apoyar con petróleo y alimentos a los nacionalistas.
La ayuda fue cuantiosa tanto de Alemania e Italia para los nacionalistas como de Rusia para los republicanos. Esta fue decisiva en algunos momentos del conflicto.
Las primeras armas comenzaron a llegar desde octubre de 1936.
Italia tuvo el contingente mayor de tropas en España: alrededor de 50 mil hombres; Alemania llegó a tener hasta 5 mil hombres y Rusia alrededor de 3 mil hombres.
Las potencia intervencionistas se cobraron por adelantado la ayuda que proporcionaban. Rusia con el oro del Banco Central de España, que fue transferido por barco durante el gobierno de Negrín; Alemania con la participación en la minería y el seguro suministro de materias primas, negocios que se administraban a través de una empresa propiedad de miembros del partido nazista; e Italia con el control de las Islas Baleares.
Alemania, Rusia e Inglaterra estaban más interesadas en mantener el conflicto de manera latente en vez de concluirlo. Alemania se rearmaba y avanzaba por territorios en Europa, Rusia se armaba y buscaba un entendimiento con Alemania. Italia, quería una mayor tajada de África Oriental e Inglaterra buscaba aplacar a Hitler con concesiones menores.
Política:
Los políticos republicanos fueron creativos ante las circunstancias adversas pero incapaces de aglutinar a los intereses en pugna: socialistas, comunistas y anarquistas. Se temían entre ellos, ya que cada uno buscaba prevalecer y eliminar a los otros.
Los socialistas, en continuo desacuerdo, temían el creciente poder de los comunistas debido a la ayuda militar de Rusia; los comunistas crecieron en términos de organización y disciplina aunque se desconfiaba de ellos por sus ligas con Moscú y la dureza de su comportamiento; los anarquistas mostraron una actitud recelosa, ya que sentían traicionar sus principios al participar en el gobierno, les sobraba pasión pero carecían de preparación y se mostraron despiadados con sus enemigos: lo criminales se unieron a los idealistas
Azaña, el presidente fue una figura educada pero distante, renuente a tomar decisiones, vacilante en momentos críticos, despreciativo, agrio y de mente estrecha. El político Giral práctico pero carente de programa. El socialista Francisco Largo Caballero un hombre obstinado, vanidoso, carente de imaginación y conflictivo y falto de visión; José Negrín un científico vanidoso, optimista, con escaso apoyo pero conciliador; Indalecio Prieto, socialista, educado, orador y errático; Luis Companys, Presidente de la Generalidad, decidido y ágil negociador, pero ajeno a lo que pasaba en el resto de España.
Los muchos ismos:
Los nacionalismos socavaron los esfuerzos conjuntos y debilitaron a la república en sus momentos más críticos.
En mayo de 1938 estalló una revuelta en Barcelona donde los anarquistas atacaron a los comunistas y a las fuerzas que apoyaban a la Generalidad particular el partido Esquerra, de origen local y los socialistas. El estallido provocó la construcción de barricadas, el fuego cruzado y un estado de guerra que terminó con la intervención de los socialistas. El resultado fue más de 500 muertos y mil heridos.
La revuelta contribuyó a la caída del gobierno de Largo Caballero, cada vez más desconfiado por los comunistas y por el ala derecha de su propio partido presidida por Indalecio Prieto, un líder educado y carismático.
Los nacionalismos se hicieron presentes también en Aragón, donde los anarquistas establecieron su propios Consejo de Defensa, que ejercía poder supremo sobre todos los asuntos locales. Tenía su propia policía, programas de producción y tribunales de justicia. Por su parte, los dirigentes vascos (llamaban a los tres países Guipúzcoa, Vizcaya y Alava como Euzkadi) tuvieron una relación difícil con el gobierno central, más producto del çálculo, las circunstancias y los accidentes, y actuaron muchas veces como un estado independiente. Las fuerzas militares, alrededor de 30 mil se consideraban un ejército propio y no parte de las fuerzas republicanas. Por otro lado, muchos vascos peleaban en las filas de los nacionalistas, ya que a pesar del evidente poder económico de las localidades (industria del hierro, el acero, naval y presencia de importantes bancos) se trataba de una sociedad conservadora, con una iglesia muy activa y culturalmente muy pobre si es comparada con la catalana.
Programa económico:
El proyecto económico de la república se basaba en la colectivización y nacionalización de empresas estratégicas, pero los logros fueron muy pobres en términos de producción y bienestar para la población. Sin embargo, los resultados fueron muy buenos en cuanto a la educación y la atención médica.
La reforma agraria, que buscaba reducir las grandes extensiones en manos de la nobleza y la burguesía, dar ocupación a los campesinos sin tierra y llevar inversiones al campo pasó con muchos ajustes en las Cortes desde las primeras propuestas realizadas en 1931, pero su implementación fue lenta.
Franco y el franquismo
Franco ascendió entre los militares como producto de una negociación donde representaba el menos conflictivo del grupo (Sanjurjo, tuvo una muerte prematura aunque sería la cabeza del gobierno golpista, Mola era carlista, Queipo de Llano prefería el régimen republicano)
Francisco Franco desplazaría por diverso medios a sus rivales; a falta de vestidura ideológica adoptaría el discurso que más le convenía del falangismo para disfrazar su ambición de poder.
Francisco Franco fue sobre todo un gran operador militar, supo mantener el comando y la disciplina de sus generales; conocía el simbolismo político de los actos (liberar el Alcázar de Toledo de sus sitiadores o Brunete o aceptar los hechos en Teruel o el Ebro) y llegó incluso a subordinar a los mismos los resultados militares.
Francisco Franco era un militar de pasiones controladas, frío y sin ligaduras sentimentales. Utilizaba a las personas según su conveniencia; no tenía problemas para separarlas cuando surgían diferencias con ellas. Ramón Serrano Súñer, falangista y su cuñado, le sirvió durante muchos años como consultor político, pero se deshizo de él cuando tuvieron diferencias.
Las relaciones entre Franco y Mussolini fueron cordiales pero ambos tenían opiniones desfavorables sobre sus habilidades militares. Mussolini, según el Conde Ciano, su Ministro de Relaciones Exteriores, consideraba que con la ayuda recibida Franco se había tardado demasiado en acabar con los republicanos, lo cual demostraba su incompetencia militar.
Las relaciones entre Franco y Hitler no fueron cordiales. El famoso encuentro de Hendaya no estuvo exento de recriminaciones entre ambas delegaciones. Sin embargo, no se mantuvo totalmente neutral durante la guerra, ya que le envió pertrechos militares y contingentes de hombres para el frente de Rusia.
Las relaciones políticas con Inglaterra fueron distantes pero los conservadores, la burguesía y el ejército simpatizaban con Franco; el intercambio comercial no se interrumpió.
Franco, actuando como un monarca sin corona, pasó a la posteridad además de su sangre fría y sus actos sanguinarios, por usurpar funciones propias de los reyes, es decir, el otorgamiento de títulos nobiliarios incluso a personajes que ya estaban muertos. Tuvo el extraño mérito de crear una nobleza difunta: en 1947 aunque ya estaban muertos hizo duques a Mola, Calvo Sotelo y José Antonio; hizo marqueses post mortem a Yague, Varela, Kindelán y Juan Cervera.
Batallas y sitios importantes:
Avances sobre Madrid aunque sólo se ocuparon temporalmente algunos de sus barrios de los alrededores (sept-noviembre del 36),Jarama, (febrero del 37), Guadalajara (marzo del 37), Brunete (julio de 1937), Teruel (dic 37-feb 38), Ebro (julio-nov de 1938); sitios de acciones emblemáticas Guernica (bombardeo aéreo en abril de 1937 negado por los rebeldes), la liberación del Alcázar de Toledo en septiembre del 37 después de terribles privaciones por parte de los sitiados y la sangrienta ocupación de Barcelona en enero de 1939.
Apoyo internacional:
La creación de las famosos Brigadas Internacionales que tomaron parte en importantes batallas, integradas por destacadas intelectuales de todo el mundo:Hemingway, Malraux, Mauriac, Orwell, Auden, Arthur London, Arthur Koestler, etcétera.
Fin del conflicto:
Negrín buscaba prolongar la guerra en espera de que estallara el gran conflicto europeo donde España sería parte de alguno de los bloques beligerantes. El Coronel Casado se interpuso a través de un golpe negociando un arreglo con los subalternos de Franco a fin de evitar la pérdida de más vidas incluyendo la suya.
Franco nunca aceptó negociar un armisticio, ya que pedía la rendición incondicional. No le interesaba salvar vidas, quería recuperar a España a través de la desaparición física de sus enemigos jurados, la “limpieza” de España: sólo aceptaba perdonar a los oficiales que no hubieran cometido crímenes.
Resultados de la guerra:
En mayo de 1939, Francisco Franco aceptó los términos de la capitulación que habían negociado precedentemente con sus subalternos la gente del Coronel Segismundo Casado.
La pérdida de vidas: más de 500 mil personas, de ellos más de 100 mil sólo después de la guerra. El conflicto despertó un odio sin precedente entre gente que había crecido y vivido en el mismo pueblo, barrio, escuela militar, universidad: el número de víctimas provino de las acciones bélicas pero también de los incontables asesinatos cometidos contra civiles, prisioneros de guerras o simplemente sospechosos. Francisco Franco estaba resulto a llevar a cabo una “limpieza” radical en España.
400, 000 refugiados (alrededor de 350 mil pueden haber no regresado) huyeron a Francia, 60 mil se fueron a América. Rusia recibió alrededor de 2 mil comunistas y cinco mil niños.
Las pérdidas de mentes brillantes como García Lorca (asesinado), Antonio Machado (muerto en el exilio), Miguel Hernández (en una prisión) y de muchos otros que salieron al exilio.
Las cuantiosas pérdidas económicas: casas, edificios públicos, obras de arte, fábricas, puentes, carreteras, instalaciones y equipo ferroviario, cargos, instalaciones portuarias, telegráficas y telefónicas, inventarios materiales y alimentarios.
La iglesia recuperaría el terreno perdido interviniendo en la educación y en la vida pública del país.
Los intereses de la gran burguesía española serían protegidos por Franco y su grupo de generales victoriosos.
El conflicto fue el campo ideal para probar armamento: aviones, tanques, equipos, tácticas de combate, (bombardeos de ciudades) líneas de suministro, señalización, etcétera que los países como Alemania, Rusia, Italia y Francia utilizaron luego en la gran guerra.
La lectura de esta gran obra me lleva a concluir sobre los dos bandos en pugna lo siguiente:
Con relación a los nacionalistas, confirmo su carácter de golpistas (una revuelta del ejército a la que se sumaron falangistas, carlistas y partidos de derecha), su profundo conservadurismo, pero descubro su gran capacidad de mando, organización, disciplina y eficiencia. Su victoria condujo a la instauración de una dictadura que gobernó España por más de 36 años, represiva, sanguinaria y dando ciertas concesiones en los años a finales, partir de la presión del exterior.
Sus pilares fueron el ejército, la iglesia y la gran burguesía.
Con relación a los republicanos, la obra mencionada me llevó a una revisión mayor de mi opinión sobre la república: el proyecto fue socavado por intereses egoístas, se cometieron excesos en todos los campos (asesinatos sin juicio previo), se careció de coherencia y congruencia en muchas de las acciones, hubo amplia disputa por los mandos, desorganización e ineficiencia tanto de orden militar como político. La derrota condujo a una pérdida terrible para España de vidas humanas tanto en los campos de batalla, como por la masiva ola de refugiados, más de 400 mil almas, la destrucción de su economía y de un proyecto socialista que hubiera sido un referente luminoso para la Europa, que se encaminaba a otro gran desastre.
Los pilares de la república fueron los sindicatos, los anarquistas, la clase media: empleados públicos y privados y algunos oficiales fieles como los generales Francisco Llano de la Encomienda (militar de carrera fiel a la república a pesar de las presiones de sus colegas), Ignacio Hidalgo de Cisneros (militar de carrera fiel a la república estuvo al frente de la fuerza aérea), José Miaja (militar de carrera, locuaz, anecdótico, ligero y calmado, pero incompetente y vanidoso), Vicente Rojo (profesor de táctica de la Academia de Infantería, capaz, educado, pero pesimista y sin mucho contacto popular), Manuel Tagueña (de las filas de la juventud socialista luego comunista, carecía de experiencia militar previa pero se destacó como un buen combatiente más que ideólogo), el activista comunista y luego general Enrique Lister (valeroso pero carecía de disciplina, era algunas veces duro pero toleraba innumerables errores en sus subalternos), con los cuales debió integrar un ejército que la defendiera.
miércoles, 1 de febrero de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario