29
de julio de 2025
Gentrificación
a la mexicana
Está ahora de moda por parte de los
políticos y la llamada comentocracia hablar de gentrificación, aunque la
mayoría no lo entienda y busque ganar auditorio con sus pronunciamientos, ya sea
en contra o favor.
Durante algunos años residí en Europa y viajé a Estados Unidos, donde ya se hablaba desde principios de los ochenta de este fenómeno, ya sea en los barrios de Trastevere, en Roma, Il Naviglio en Milano, Le Marais en Paris, Soho en Londres o más cercano Tribeca en Nueva York. Los barrios después de años de abandono renacieron a partir del repoblamiento de gente joven, artistas, profesionistas bohemios o una clase media con un mayor poder adquisitivo que se desplazaba a ellos por su valor arquitectónico, además de la apertura de tiendas, cafés, restaurantes, talleres y una oferta habitacional que en un principio era accesible, pero con el paso del tiempo fue subiendo en valor. Sin duda, había residentes en dichas áreas que ante el alza de los alquileres de locales y viviendas se tuvieron que desplazar a otros lugares de acuerdo con sus capacidades de ingresos. El término gentrificación fue usado por primera vez por una socióloga inglesa para describir estos desplazamientos desde mediados de los sesenta.
Desde los ochenta, residí primero en
Hipódromo I y después en Hipódromo II que para muchos que no entran en detalles
denominan Condesa (esta es la colonia vecina a las dos primeras) y me desplazo
habitualmente a la Juárez, Roma Norte y La Escandón, las primeras son parte de
la Alcaldía Cuauhtémoc salvo La Escandón que es parte de la alcaldía Miguel
Hidalgo. Las primeras colonias
mencionadas tienen un importante patrimonio arquitectónico catalogado por el INBA (datan de principios del siglo
pasado), además de una planeación urbana que las hace atractiva a propios y
extranjeros (calles amplias, arboladas, plazas, servicios urbanos que son
comparativamente mejores que en muchas otras colonias y acceso fácil por el
transporte público y privado).Estos espacios urbanos han tenido (quizás con
excepción de la última que ha sido más reciente) un cambio en términos poblacionales
y en cuanto a los giros de negocios en su mayoría pequeños empresarios jóvenes.
Estos cambios se derivaron en primer lugar del temblor de 1985, que hizo a
muchos emigrar a otras partes de la ciudad y al Estado de México, aunque con
mucho menor impacto con el temblor de 2017 dadas las nuevas normas de
construcción antisísmicas y la concientización de la gente de que se vive en
una región que presenta diverso grado de sismicidad.
A partir del nuevo siglo las colonias
comenzaron a cambiar en cuanto a la población residente, afluencia de gente
joven, aunque alguna población vieja se había resistido a dejar las
colonias, cambio de giro de los negocios
con nuevos dueños y un auge sin precedente en cuanto a nuevas construcciones,
probablemente no se construye como algunos expertos afirman en el resto de la
ciudad, pero es falso que en estas colonias no exista en algunas de sus calles
una o muchas nuevas edificaciones que responden a la existencia de una demanda
ascendente que ha llevado a los vecinos a denunciar por años muchas
irregularidades por parte de los desarrolladores inmobiliarios (demolición de
inmuebles catalogados como de valor patrimonial, exceso de pisos de
construcción, ante la mayor demanda crecientes fallas en los servicios urbanos
como agua, electricidad y recolección de basura, invasión de automóviles, falta
de espacio de estacionamiento y presencia del comercio informal en las calles y
plazas de las colonias). Cabe también acotar que mucha de la población que
residió antaño en la colonia ha preferido vender sus propiedades en particular
casas, para obtener ingresos que les han permitido moverse a otras colonias más
baratas y obtener un ahorro adicional que les permite una mejor calidad de vida
en su vejez, es decir, se han desplazado
por convenir a sus intereses no por sentirse expulsados por rentas más caras.
No está por dem,ás señalar que el precio de la vivienda o de los locales comerciales, es un mercado que se ajusta de acuerdo con las leyes de la oferta y la demanda, por lo que las colonias mencionadas a partir de la llegada de nuevos residentes comenzaron a mostrar rentas cada vez más caras dado que las nuevas construcciones precisamente están dirigidas a dichos estratos no a la vivienda social, aunque cabe recordar que existió dicha vivienda en lo que se llamó el Multifamiliar Juárez en la Roma Sur (que databa de 1952) que fue en parte demolido como resultados del sismo de 1985 o en algunas privadas de principios de siglo pasado que han sido también en su mayor parte transformadas para una nueva demanda habitacional. No era una demanda de extranjeros ni los constructores eran extranjeros, sino que la mayor parte eran nacionales (por lo que la reciente xenofobia parece que lleva otras intenciones)
Dicho lo anterior, cabe señalar que las
colonias mencionadas comenzaron a tener un mayor auge a partir de los años
veinte de este siglo en coincidencia con
las difusión de las llamadas plataformas de hospedaje (renta de alojamiento por
medios digitales como Airbnb y otras), primero de manera discreta luego cada
vez más extendida, que sirven para
promocionar rentas por tiempo limitado, casas, departamentos o enteros edificios y que
con los llamados nómadas digitales que
surgieron a raíz de la epidemia del COVID 19, donde las empresas facilitaron a
sus empleados no sólo en México sino en particular en Estados Unidos el trabajo
a distancia, provocaron la llegada de una población de extranjeros residentes
que se han sumado a los nacionales que habitan o están llegando a estas
colonias. La oferta de estos espacios habitaciones, se debe tener muy en claro,
para no acabar con una mala normatividad que frene el dinamismo económico que
viven estas colonias, que si bien tiene sus efectos negativos en mi opinión son
mayores los positivos dado que se trata en gran mayoría de empresarios
nacionales que serían los principales afectados.
A partir de junio en la ciudad se han
protagonizado algunas marchas (ni tan numerosas pensando en el tamaño de esta
inmensa conurbación de más de 21 millones de habitantes) que bajo la consigna
de estar contra la gentrificación y sus
efectos negativos ocultan por desgracia muchos otros propósitos que defienden
banderas e intereses políticos diversos, basta sólo con observar que algunos de
sus participantes han vandalizado, robado, agredido y manifestado insultos
deliberados a la comunidad estadounidense (que las autoridades de Estados
Unidos ya tomaron pleno conocimiento de esta situación invitando a los ilegales
a regresarse a su país) que habita en la ciudad, la más grande del país y con
indudable capacidad de ingreso para
inyectar dinamismo económico a la ciudad de México (más ahora con una economía
nacional estancada y que está cerrando miles de plazas laborales formales).
En respuesta, aunque se mencionó que se
trata de puntos que serán tema de discusión en
diversos foros durante los próximos días para luego legislar al respecto
se han esbozados algunos temas que deben ser motivo de profunda reflexión
principalmente por parte del gobierno local, ya que luego toma las decisiones
sin considerar mucho de lo que se dice en los debates públicos y parte de ideas
preconcebidas por un grupo de fieles asesores, a fin de evitar que el auge de estas colonias
se convierta en un mayor freno a la actividad económica de nuestra ciudad (de
bajo crecimiento y creciente desempleo y que no puede sostenerse aunque le sean
caros a la jefa de gobierno con los múltiples programas de apoyo que está
implementando), entre las que destaco: regulación de rentas que llaman
estabilización y uso de índice de precios razonable (los antecedentes son muy
malos, ya que se tradujo en reducción de la oferta habitacional y deterioro de
la existente por lo que debe andarse con cuidado con esta propuesta si se quiere
fijar un techo de aumento a través de algún índice), mayor construcción de vivienda
social, lo que puede ser factible pero no en estas colonias donde el espacio urbano es
limitado y el costo de construcción es
elevado pensando que se afirma que será para jóvenes, madres solteras y adultos
mayores es decir, población dependiente, regulación de las plataformas de
hospedaje (es un fenómeno difícil de controlar ya que está en auge no sólo en
México sino en todo el mundo) pero lo que sería factible en una primera impresión es
su cuantificación, un criterio de porcentaje de espacios de renta por ejemplo con respecto a la
oferta hotelera establecida y una adecuada regulación fiscal que le permita al
gobierno aumentar su captación local por este concepto por ejemplo que paguen
el impuesto al hospedaje que pagan los hoteles establecidos (veo difícil la idea de sólo permitirle rentar 50% del
espacio en un año) y por último la propuesta de una ley de rentas justas y asequibles, que me suena más una
propuesta ideológica que real, ya que habría que definir qué y por quién se
definiría este concepto.
Finalmente, las propuestas deben
considerar la creación de un marco normativo certero, correctivo y con
instrumentos adecuados en función de los recursos con los que se cuentan, ya que abundan
ejemplos sobre todo por lo que se refiere a la planeación urbana (por allí se
menciona un plan maestro de planeación) que han sido totalmente ineficaces
(como antecedente tenemos la ley del sistema de planeación del desarrollo de la
ciudad y el Instituto de Planeación Democrática y Perspectiva que han
encontrado mucha resistencia hasta el día de hoy) y dado que también se
menciona la propuesta de defensoría de los derechos inquilinarios sería
interesante conocer su integración
profesional y su competencia legal (¿sería un árbitro, un juez de paz, un
colegiado que resuelve por mayoría?), ya que conviene cuidar que los
propietarios no vayan a ser estigmatizados por esta nueva procuraduría. En fin,
está por verse la capacidad del gobierno de la ciudad para entender el fenómeno
desde un contexto nacional e internacional y de que en vez de que reporte beneficios profundice los problemas actuales.
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