Abril
de 2018
Potencial
de las Zonas Económicas Especiales
Las diferencias regionales han
sido desde siempre advertidas por los expertos del desarrollo económico y es
tema de estudio en los cursos de economía regional que imparten algunas
universidades del país.
En muchos países se han
ensayado esquemas de desarrollo regional siendo quizás los más exitosos los que
ha promovido China que ha convertido a algunas de sus regiones atrasadas en
pujantes centros fabriles, aunque también con enormes costos ambientales y
condiciones laborales precarias. Sin embargo, en muchos otros lugares han
tenido rotundos fracasos.
En nuestro país en el pasado,
se ensayaron diversos modelos de desarrollo regional, tengo presente las
famosas cuencas hidrológicas en torno a los grandes ríos Balsas entre Guerrero
y Michoacán y Papaloapan entre Oaxaca y Veracruz.
Además, se promovieron en
otros casos proyectos de desarrollo más específicos como los distritos de riego en los
valles de los ríos Yaqui y Mayo en Sonora, los de la Comarca Lagunera
(Durango-Coahuila) y un ambicioso plan de desarrollo agropecuario en el área
denominada La Chontalpa en Tabasco.
En mi última experiencia
laboral estuve implicado en la elaboración de programas regionales por parte de
la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbana (Sedatu) para las
regiones del Sur-sureste, Norte y Centro del país. El propósito era contar con
diagnósticos, líneas de acción, instrumentos e indicadores de medición que
permitieran impulsar estas regiones. Sin lugar a dudas pueden ser documentos de
consulta útiles para los diseñadores de las zonas económicas, aunque ya sabemos
que en estas cuestiones el valor de lo que existe suele ser totalmente descalificado
por los nuevos protagonistas.
A medida que con la
suscripción del TLC se acentuaron las diferencias regionales, se comenzó hablar
en el Gobierno Federal de la necesidad de contar con zonas económicas
especiales en la región sur sureste como un medio de frenar los rezagos
existentes con respecto a otras del país que se habían beneficiado del
mencionado acuerdo comercial.
Las Zonas Económicas
Especiales (ZEE) se instituyeron a través de una legislación específica
promulgada el primero de junio de 2016, la cual establece una serie de
disposiciones concernientes a la declaratoria, convenios de coordinación, plan
maestro de la zona, programa de desarrollo, incentivos, consejos técnicos,
impacto social ambiental, permisos, administración, autoridades, transparencia,
infracciones y sanciones.
Además, de que existe una
Autoridad Federal encargada de su promoción actualmente bajo el liderazgo de un
dirigente empresarial con manifiestas inclinaciones políticas afines al partido
en el poder, lo que puede favorecer que sea tomado en cuenta.
Las mismas son áreas
geográficas delimitadas por un polígono (donde puede existir un conjunto
empresarial bajo un administrador integral o varios de ellos bajo varios
administradores) que tiene a su vez otras áreas de influencia inmediatas.
Se constituyeron (en septiembre de 2017) zonas económicas especiales en Lázaro Cárdenas-La Unión entre Michoacán
y Guerrero, en el Corredor del Istmo de Tehuantepec (incluye los dos polos de
Salina Cruz y Coatzacoalcos), en Puerto Chiapas (incluye Tapachula) y están ya
aprobadas, pero no oficializadas dos más: una en Tabasco (Dos Bocas) y otra en
Campeche (probablemente entre Carmen y Champotón).
La declaratoria de zona y la
concesión del permiso (sociedades privadas) o asignación (paraestatales) debe incluir un plan maestro revisable cada 5 años, que contenga las
características generales de la infraestructura y los “servicios asociados”
para la construcción, desarrollo, administración y mantenimiento de las zonas.
Este debe estar sancionado por las autoridades y su ejecución correrá por
cuenta del administrador de la zona.
Estas tienen un tratamiento
tributario especial en cuanto al ISR, IVA, estímulos fiscales para la
capacitación, créditos fiscales y eliminación de pago de derechos para la
compra de propiedades, entre otras. Estos beneficios se tramitan a través de
una ventanilla única.
El gobierno federal y los
locales están comprometidos, cada uno de acuerdo su capacidad financiera, en apoyar
las inversiones públicas que se requieran para el establecimiento de las zonas.
En principio, deberán brindar las tierras para su desarrollo, que de acuerdo a
su tamaño puede variar entre miles de hectáreas a sólo unos cientos, lo cual
puede resultar bastante gravoso para gobiernos siempre cortos de recursos.
Aunque, los cargos para los
gobiernos locales pueden aumentar, ya que el programa de desarrollo menciona la
participación de las varias instancias del gobierno en acciones de ordenamiento
territorial y obras de infraestructura, transporte, comunicaciones, logística,
energía, hídrica, ambiental y otros en el área de influencia. Además, de vigilancia,
acceso a internet, “servicios de soporte a inversionistas”, programas de
vivienda, salud, educación, esparcimiento, transporte público y otros tanto al
interior como en el área externa.
Con los años de experiencia ya
sabemos que de estos modelos de desarrollo se hablan maravillas en términos de inversión y
generación de empleos, nos es la excepción en este caso. En particular a los
políticos siempre les encanta mencionar grandes cifras, la mayoría de las veces
resultado de estimaciones muy optimistas (los compromisos de inversión ciertos son aquellos que llegan a nivel de proyectos ejecutivos pero ellos toman cierto tiempo). El ejecutivo federal en su anuncio de
las zonas mencionó inversiones comprometidas por 6 200 millones de dólares y de
35 mil millones de dólares en un laso de entre 10 y 15 años, los ejecutivos
locales hicieron lo mismo: 157 millones de dólares y 1527 empleos en el corto
plazo en el caso de Chiapas y 565 millones de dólares en el de Oaxaca. El de Veracruz,
fue más eufórico, elevó la inversión en 600 millones de dólares y la creación
de empleos en 8 mil durante los próximos años.
Hasta el día de hoy, salvo el
anuncio de la inversión de Arceler Mittal en su planta siderúrgica de Michoacán
(mil millones de dólares para los próximos tres años) no he sabido de algún
proyecto importante que se haya ido a las zonas económicas especiales cuando
menos que involucre inversión extranjera directa. Las empresas aeroespaciales hicieron
nuevos anuncios para Querétaro, las automotrices para San Luis Potosí y
Guanajuato, los de bebidas como los de la cervecera Constelletion Brand para
Sonora y Baja California, el gran proyecto del nuevo aeropuerto de la ciudad de
México se realiza en el Estado de México y los de explotación petrolera, cuya
maduración lleva tiempo, se llevarán a cabo en aguas profundas y someras del
Golfo de México, independientemente de la presencia o no de una zona económica.
En declaraciones recientes la autoridad federal señaló que en mayo del presente año se harán las primeras autorizaciones para las empresas que denominó "ancla" y que los fallos para los concursos públicos de aquellas que harán desarrollos (probablemente se refiere a la infraestructura) se harán posteriormente. Además, de que los proyectos productivos tomarán entre 12 y 36 meses después de estos plazos. Esto nos muestra que el proceso llevará su tiempo (se tomó 15 meses entre el decreto y la primera declaratoria y 8 meses después de la primera declaratoria para el inicio de las autorizaciones).
En declaraciones recientes la autoridad federal señaló que en mayo del presente año se harán las primeras autorizaciones para las empresas que denominó "ancla" y que los fallos para los concursos públicos de aquellas que harán desarrollos (probablemente se refiere a la infraestructura) se harán posteriormente. Además, de que los proyectos productivos tomarán entre 12 y 36 meses después de estos plazos. Esto nos muestra que el proceso llevará su tiempo (se tomó 15 meses entre el decreto y la primera declaratoria y 8 meses después de la primera declaratoria para el inicio de las autorizaciones).
A pesar de lo anterior,
creemos que es mejor contar con algo que con nada cuando se refiere a la
necesidad de impulsar el desarrollo de esta región del país, donde la crisis de
la industria petrolera ha pegado muy fuerte (Campeche, Tabasco, Veracruz y en
menor proporción Oaxaca), los complejos industriales están presentes sólo en
Lázaro Cárdenas (siderúrgico) y sur de Veracruz (petroquímico) y la agricultura
moderna se ha limitado a algunos enclaves dispersos en los estados que la
integran. Si hay incentivos adecuados, coordinación y continuidad es probable que con los años
lleguen inversiones y se creen empleos que beneficien a esta región.
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