Septiembre
2019
Lo
que nos deja el primer informe (oficial) del presidente
Al presidente López Obrador no
le gustan ni las cifras ni las mediciones.
Esto lo dejó claro en su primer informe como lo ha hecho en
otras ocasiones cuando señaló que el crecimiento no era un dato para él
importante.
Una vez más criticó a los
economistas por su “obsesión tecnocrática de medir todo en función del simple
crecimiento económico…que para él lo fundamental no es lo cuantitativo, sino la
distribución del ingreso y de la riqueza.
En esto hay dos
interpretaciones su aversión a los números, su desconocimiento de cómo funciona
la economía y su marcada preferencia por lo que se llama popularmente “tirar rollo”
que es su verdadero fuerte, que lo pone en contacto con las fantasías, las aspiraciones y la imaginación de la gente.
La otra es lo que resulta
ahora evidente la caída del crecimiento de su expectativa original del 2% a apenas
el 0.6% que han ya señalado varias estimaciones recientes, lo cual se resiste a
reconocer e insiste cuando se le pregunta en la primera cifra (la cifra para
2020 se ajustó a 1.4%).
Cabe destacar que sí China ha
podido mover a millones de su gente a un nivel de vida más elevado ha sido
gracias a que el país ha registrado tasas de crecimiento muy altas en las
últimas décadas. Por desgracia, no hay solución milagrosa que pueda hacer que
las cosas se den de otra manera.
La falta de crecimiento, está
incidiendo también en otros ámbitos en particular, en lo relativo a los ingresos
fiscales, mismos que cayeron marcadamente según las cuentas de enero-junio de
la Secretaría de Hacienda y que ponen en riesgo los objetivos fiscales.
A pesar de su errado
comentario anterior, me parece justa su afirmación de “que el crecimiento … no tiene sentido como
objetivo en sí mismo sino como medio para lograr un objetivo superior: el bienestar
de la población”.
El presidente hace también
afirmaciones muy controvertidas, “hoy hay más desarrollo y bienestar”, por
desgracia esto parece ser más producto
de su férreo voluntarismo de que ello va a suceder pero por desgracia
hasta ahora no ha sucedido, ya que a pesar del ahorro, la lucha contra la
corrupción y los programas sociales,
esto no se puede lograr en el breve lapso que tiene su gestión y de
cualquier manera deberá ser sujeto a medición, no simplemente porque el
presidente lo diga vamos a creerle como un acto de fe sobre todo frente a una
población en pobreza extrema que alcanza los 52 millones según el último dato
de Coneval.
Además, conviene señalar que a
pesar de la reducción de la pobreza que se ha dado en amplias regiones del
Sureste de Asia y de Este del mismo continente, no ha disminuido de manera
significativa la desigualdad de los ingresos tanto en los países ricos como en
los pobres a nivel mundial.
En efecto, aunque en los
países ricos, con excepción de los Estados Unidos, se ha registrado una mayor
convergencia en cuanto a ingresos, entre
los países pobres está creciendo la desigualdad de ingresos sin desconocer que
ha habido alguna mejora en términos de salud, educación y otros indicadores
sociales.
Por ejemplo, en Malasia el 10%
de los más ricos recibe el 32% de los ingresos nacionales; el 10% de los más
pobres sólo recibe el 2%. El notable crecimiento registrado tanto en China como
en la India también ha provocado una creciente desigualdad de ingresos como hemos visto con
la aparición de un numeroso contingente de magnates en estos países y de
mercados de productos de consumo para personas de alto ingreso frente a poblaciones todavía numerosas en cuanto a los niveles de ingreso bajos.
Finalmente, en materia de
empleo la falta de crecimiento también puede afectar los objetivos
presidenciales, ya que a pesar de la insistencia en que las ocupaciones
temporales generadas por sus programas favoritos Jóvenes Construyendo el futuro
y Sembrando vidas, deben ser tomadas como empleos formales, lo cierto es que
están lejos de serlos debido a que no son sujetos de impuestos ni tampoco de
prestaciones sociales y no son además cuantificables para propósitos estadísticos
comparativos por ningún organismo internacional.
El presidente ha dicho que se
propone escribir en su nuevo despacho en Palacio Nacional un libro sobre
“economía moral”, por lo que hasta ahora hemos escuchado tengo el
presentimiento que será más de moral que de economía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario